En La Gloria, Perote, el niño que libró la influenza porcina, famoso en todo el mundo

A sus cinco años Edgar es un triunfador. No ha ganado concursos ni medallas, sólo le ganó la batalla a la muerte después de haber contraído el virus de la influenza porcina.

Este afortunado hecho y el que haya sido uno de los primeros casos confirmados de influenza porcina en México, lo convierten en el niño más famoso del mundo; más aún porque vive en La Gloria, una de las congregaciones de Perote, señalada por la opinión pública internacional, como el lugar donde se originó la nueva cepa del virus H1N1.

Su foto saldrá en las portadas del New York Times, Washington Post y ABC de España, entre otras agencias internacionales de noticias como AP, cuyos enviados están recogiendo testimonios con la familia de Edgar y de otros niños, así como de autoridades de Perote y de las cuestionadas Granjas Carroll ubicadas en un pedazo de La Gloria.

Y es que a partir de la epidemia que enfrenta México, los sistemas de vigilancia epidemiológica del resto de los países se encuentran en alerta para prevenir que el virus entré a sus territorios, pero antes quieren y exigen saber el origen de este brote.

Edgar Hernández Hernández, vive en esta comunidad, un pueblo marginado de los tantos que hay en el país, donde su gente vive de lo poco que les puede dar el campo y de los trabajos, - como dice don Artemio Santos- “que salgan por ahí”.

La única calle pavimentada, es su avenida principal, el resto tiene piso de tierra, la que se hace en remolinos con los vientos que llegan del norte y del sur y con ellos el olor pestilente de los cerdos de las Granjas Carroll y de otros chiqueros de traspatio que se crían en la zona.

Ayer Edgar recibió la visita del Gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien le llevó una pelota de regalo y la gorra que traía puesta: Su presencia causó expectación entre los habitantes del pueblo y la manifestación de muchas madres de familia que se arremolinaron en torno a él –al salir de la vivienda- para expresarle su negativa de que las granjas Carroll sigan ubicadas en esta localidad.

María del Carmen, su mamá, hoy también recibió muchas visitas; en su mayoría reporteros, fotógrafos y camarógrafos que pedían ver al mayor de sus pequeños, porque, el menor de tres años, Jonathan, igual que ella y su esposo, Edgar Hernández, no fueron contagiados

Nunca imaginó que a su humilde casa un día llegaría un gobernador y reporteros de periódicos internacionales y nacionales; su naturalidad y la fluidez de su lenguaje, pese a sus escasos estudios, hacían parecer que todo el tiempo se preparó para dar entrevistas.

Ahí en la pequeña sala de su casa, donde Edgar y Jonathan entraban y salían al arribo de reporteros, María del Carmen cuenta que aunque su esposo está desempleado, nunca le pidió nada al Gobernador:

–Es que dice que todo el mundo le pide– justifica la madre y agrega que lo único que pidió su esposo, y al alcalde de Perote, es que lo ayude para curarse de un viejo padecimiento de los riñones.

Cuenta entonces que desde que Edgar empezó a presentar los síntomas de un resfriado, (al igual que casi 400 habitantes de esta comunidad en el mes de marzo), lo llevó de inmediato al centro de salud. Ahí le tomaron los primeros estudios y le dieron paracetamol y ampicilina para que se recuperara en casa porque le dijeron se trataba de una fuerte gripa.

Su mayor enojo y reclamo es el hecho de que apenas este sábado, (a más de un mes de los estudios realizados a su pequeño) se enteró de que su hijo fue contagiado del virus de influenza porcina. –“Y eso porque me lo dijo una reportera de Perote”.

María del Carmen y su esposo, siguen a la expectativa como muchos padres de La Gloria con el latente virus de la influenza. La noticia del fallecimiento de dos pequeños, hace dos meses y confirmados por el Director del DIF Municipal, los hace pensar que realmente son afortunados porque su pequeño se salvó de morir.