Es tradición que este dos de noviembre, día de los Fieles Difuntos, cientos de personas acuden a los cementerios para pasar el tiempo con sus seres queridos, ahí, en las tumbas o criptas, donde yacen los restos de quienes murieron, cuyas almas regresan este día para compartir los alimentos de las ofrendas.
El Panteón Municipal Bosques de Xalapa, no es la excepción y como cada año, luce tumbas vistosas, adornadas con rehiletes que giran alegremente al compás del viento.
En la capilla, la misa celebrada para recordar a los fieles difuntos, fue presidida por el padre Javier Santiago, quien recordó que la tradición católica refiere que la muerte es sólo un paso para alcanzar la vida eterna, por lo que la adoración que últimamente mucha gente hace a la Santa Muerte, no es reconocida por esta religión.
“Es algo que se ha desvirtuado, la muerte es un paso a la vida, Dios la ha vencido y nos ha traído la vida eterna. En este sentido, la muerte no es una persona que pudiéramos santificar o canonizar; es un paso, algo que se ha desvirtuado con las nuevas cosas que traen. Nosotros estamos aquí en la tierra pidiendo por ellos y de esa manera se da la comunión. Estas tradiciones nos ayudan a convivir en familia y a estar unidos”.
Entre las tumbas, muchas familias - incluso gente que ahí mismo se ha conocido- comparten la comida que llevan como ofrenda para sus queridos muertos. No faltan los tamales, el chocolate y el pan de muerto. Otros más llevan cervezas, pulque, tequila, tacos e incluso hay quienes llevan música para recordar. Familias enteras acuden este día y, por unos minutos, cambian las lágrimas por las risas al recordar anécdotas de sus muertos.
Sin embargo, no todas las religiones festejan el “Día de Muertos”, como por ejemplo los cristianos evangélicos, quienes pueden participar en esta tradición. No obstante, no se celebra tampoco como una tradición de su cultura religiosa.
Esto, debido a que aunque no se venere a la muerte, el poner un altar representa enaltecer y para ellos [los cristianos evangélicos], Jesús venció a la muerte. Por lo tanto, cuando mueren ya gozan de la vida eterna y no hay necesidad de regresar a este mundo.
Por su parte, los Testigos de Jehová, no celebran esta fiesta porque en su religión santifican las fiestas, es decir, sirven al Señor. Además no acuden a lugares donde se toma o se realiza otra actividad.
Por otro lado, los judíos, el pueblo Hebreo no celebra ó conmemora un día especial en memoria de los muertos, sino una semana entera, que va de la fecha del Rosh Hachannah y el Yom Kippur.
Para un judío, no hay muertos. Ellos creen que el alma de un muerto o su espíritu vuelve a Dios. Así que ese ser que falleció, ya no está más en este mundo. Para un judío, el muerto tiene que ser sepultado en tierra para dar cumplimiento a lo que Dios dijo “polvo eres y en polvo te convertirás”.
Mientras tanto, (en el cementerio) la fiesta sigue.Y en este día, el último que recuerda a los que murieron, la gente continúa llegando con flores y rehiletes a visitar las tumbas.