En menos de 6 meses, han fallecido tres sacerdotes de Diócesis de Orizaba

La Diócesis de Orizaba ha enfrentado este año una prueba muy difícil: la partida de tres sacerdotes en menos de medio año, indicó el obispo Eduardo Cervantes Merino, quien acotó que esto reta a los presbíteros a hacer más énfasis en la promoción de las vocaciones.

“Sí hemos sido probados en la pérdida de los hermanos físicamente, en su ministerio y el servicio que dan y esto para mí como Obispo y animador de mis colaboradores que son mis hermanos sacerdotes, me dice que debemos fortalecer nuestra entrega y espíritu, siendo más solidarios y fraternos”.

El prelado destacó que en estos tres casos de siervos que fallecieron, fueron en circunstancias diferentes.



“Desde luego cuando uno ve que un sacerdote colmado en años, trabajo y santidad que es el caso del padre Alejandro que se fue hace un mes uno lo acepta, aunque la muerte será dolorosa a cualquier edad. Pero lo que sí nos desconcertó fue el accidente que sufrió el padre Luis Trujillo Llame y nos causó mucho dolor por lo inesperado y ahora el padre Jesús Artemio que celebramos este miércoles su funeral, también nos sacude”.

Añadió que junt
oe con esta situación que se convierte en un desafió, viene de la mano lo que Dios le pide a los sacerdotes, que es promover las vocaciones sacerdotales y religiosas.

Apuntó que en este momento el sacerdote que tiene a su cargo el trabajo de las vocaciones, está muy animado y busca de todas las maneras poner a los jóvenes en contacto con Dios, para que algunos de estos puedan encontrar su llamado al sacerdocio.



Este año fallecieron los sacerdotes Alejandro Muñiz, su ultimo ministerio fue en la rectoría de San Antonio, sin embargo, su situación de salud era delicada por ello estaba ya en casa con su familia; Luis Trujillo Llame, joven que tenía un año de ordenado y cuyo trabajo lo estaba realizando de lleno en el Seminario “La Sagrada Familia”, pero murió en un accidente automovilístico; y Jesús Artemio Téllez era el titular de la rectoría de San Rafael Guízar en Ciudad Mendoza.