“El proceso de civilización va acompañado de un proceso de individualización y sobre todo en la sociedad moderna, las instituciones están cambiando a tal velocidad que ya no nos podemos identificar con ellas”, declaró la doctora Gina Zabludovsky Kuper, de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La Doctora precisó que los factores que han detonado la individualización son los fenómenos del fin del estado de bienestar, la incorporación de las mujeres al trabajo fuera del hogar y el cambio tecnológico.
Explicó que antes había modelos de familia para toda la vida y cada persona tenía un patrón a seguir durante toda su vida a diferencia de ahora que factores como la migración han modificado las relaciones, “uno podía encontrar un trabajo para toda la vida, uno sabía que tenía amistades y vecinos para toda la vida y ahora con la inmigración, con la ausencia de oportunidades en el trabajo ha cambiado”.
Aseveró que también las familias están cambiando, “pueden ser familias uniparentales, de dos divorciados que tienen hijos, ya no hay modelos que guiaban las identidades. Todas las expectativas están puestas en el individuo, en lo que puede encontrar, hablando de trabajo, pareja, familia, hogar, religión, cosas que antes estaban establecidas”.
No obstante, indicó que esto tiene factores tanto positivos como negativos, “uno de los factores que produce es mucha angustia y mucha sensación de riesgo, si uno tiene que tomar todas las decisiones de su vida, uno se siente en permanente riesgo, tiene en positivo una cuestión de mayor libertad. En lo negativo no tienes nada que te proteja por eso la gente va a cursos de autoayuda, a cuestiones de meditación y yoga, a cualquier cosa que lo pueda ayudar a crecer, a reinventarse porque no saben ni por dónde ir.
Aseguró que no hay pérdida de identidad, sino nuevas formas de construirla, “no merma identidades sino que crea nuevas basadas en la elección. Uno se tiene que abrir a todo y el internet es una buen ejemplo de eso, antes te llegaba la información de un periódico y todos lo leían, pero ahora todo tiene que construirse sus propios canales de difusión en el internet y cada persona tiene otros, eso también se elige y se van creando múltiples personalidades como se ve en el internet y ya te identificas o con tus amigos en la red, de la escuela o con un grupo religioso.
La investigadora advirtió que ahora cada quien elige sus contactos, lo que ven, hay más libertad y eso produce una mayor angustia, “una cosa es que te digan tú tienes que seguir este camino y vas a tener este trabajo seguro y lo que estudies te va a dar para algo y otra es que, como pasa ahora, no sabemos en dónde te van a contratar y no sabemos por cuánto tiempo, no sabemos si vas a conseguir una pareja estable o no, todo esto puede ser más libre pero crea una mayor angustia”.
También afirmó que existe una mayor vulnerabilidad y riesgo, debido a que no cuentan con el sentimiento de protección y seguridad que otras generaciones, “esta es una realidad de toda la sociedad, pero se muestra sobre todo en las capas, se puede hacer más evidente en los sectores urbanos medios”.
Precisó que algunos autores señalan que esto es parte de la modernidad que se acentúa con el hecho de que las mujeres se insertaron en la vida productiva, “las mujeres están en el proceso de realizarse. También el internet ha sido una revolución muy fuerte, los jóvenes son quienes más usan las redes, quienes más deciden carreras, los que más pueden decidir familias y los que más incertidumbre pueden sentir”.
Comentó que las redes sociales no sólo se dan a través de internet -ya que esas son virtuales- sino se conforman de gente con los mismos intereses, “puedes elegir pertenecer o no”.
De este modo, la individualización no es ser egoísta, sino que las decisiones personales están en cada quien, de acuerdo a los grupos que quiera pertenecer, después de un sinfín de opciones que se le presentan, “la idea es que el individuo es el que busca y quien decide, ya no lo heredas de tu familia”.
Aseguró que actualmente se rompen los dogmas, el estado de bienestar en muchos países que antes aseguraba la vida, “la cibernética acelera esto porque resulta que se van desplazando empleos, esta etapa de la modernidad que algunos autores señalan como tardía o radicalizada que se empieza hacia finales del siglo XX”.
Puntualizó que estos cambios han generado que cada persona construya sus redes sociales, que tienen la posibilidad de tomar elecciones cargadas de riesgos, “también produce insatisfacción, pero la angustia se genera en que cada uno tiene que decidir, si tomo una decisión incorrecta la única culpable soy yo”.
Zabludovsky participó como ponente con la mesa Los procesos de individualización y la juventud contemporánea, durante el segundo día de actividades en el “3er Foro Internacional sobre Civilidades: discursos sentimentales”, organizado por la Facultad e Idiomas y el Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad Veracruzana.