En tiempo de crisis, San Judas Tadeo es el patrono de causas difíciles

En un país donde la seguridad, la economía, la salud, la educación están en crisis, por más que traten de negarlo con un discurso evasivo y distractor, la búsqueda de consuelo lleva a veces a “agarrarse de donde se pueda”, señaló el presbítero Florentino Lucas Valdez.

Indicó que, por ello, lo religioso tiene un papel de suma importancia, para encontrar sentido a lo adverso, consuelo ante el dolor o sufrimiento, anhelo de encontrar protección y fortaleza para seguir caminando con esperanza.

El párroco encargado de la Catedral de la Ciudad, habló sobre San Judas Tadeo, este 28 de octubre que está dedicado a él.



Dijo que “una de las expresiones de la fe sencilla de nuestro pueblo es la devoción a los santos, trasmitida por la familia, y en su anhelo de encontrar protección y fortaleza ante tantas situaciones de dolor y sufrimiento”.

Añadió que, según la encuesta realizada recientemente en las parroquias, el santo más invocado popularmente es San Judas Tadeo, patrono de las causas difíciles.

Judas Tadeo es llamado por la tradición uniendo dos nombres diversos: mientras Mateo y Marcos lo llaman simplemente “Tadeo” (Mt 10,3; Mc 3,18), Lucas lo llama “Judas de Santiago” (Lc 6,16), expuso.



El sacerdote aclaró que no se sabe de dónde viene el sobrenombre Tadeo, quizás del arameo “taddá”, que quiere decir “pecho” y significaría “magnánimo”, o una abreviación de un nombre griego como “Teodoro, Teódoto”, explicó.

Agregó que a Judas Tadeo se le atribuye una de las cartas del Nuevo Testamento, en la que menciona que, en medio de las corrientes de la vida moderna, se debe conservar la identidad de la fe. Esto exige fuerza, claridad y valentía, “pero ustedes, queridos, asiéntense firmemente en su santísima fe y oren guiados por el Espíritu Santo. Manténganse en el amor de Dios. Traten de convencer a los que vacilan”, citó.

“Si acudimos a San Judas Tadeo el 28 de octubre, seamos ‘Teódoto’, es decir, Don de Dios, don para los demás, seamos magnánimos, generosos, como él lo fue entregando su vida a Jesús. También conservemos la identidad de la fe con valentía, evitando otras creencias y malas costumbres. Hay que vivir la fe con alegría y confianza, teniendo como base la bondad de nuestro único Dios y la misericordia de Jesucristo. San Judas Tadeo, ¡Ruega por nosotros!”, concluyó.