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Sección: Estado de Veracruz

En Xalapa presentan libro Gandallas. Las fuentes culturales de la violencia en México

- Autor Ruvalcaba analiza el concepto del “gandallismo” a través de cuatro personajes

- Ellos son el “Mochaorejas”, “La Mataviejitas”; el pederasta Marcial Maciel y Javier Duarte

- Presentación contó con destacados investigadores de la UNAM y la UV; en la USBI

Julián Hernández Xalapa, Ver. 18/03/2022

alcalorpolitico.com


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Durante la tarde del jueves 17 de marzo, el académico, investigador, poeta, cronista y narrador Héctor Domínguez Ruvalcaba, actualmente profesor de la Universidad Texas en Austin, presentó su libro más recienteGandallas. Las fuentes culturales de la violencia en México.

La presentación se llevó a cabo bajo la coordinación del Centro de Estudios de Género de la Universidad Veracruzana (CEGUV) y el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); en la sala 1 de videoconferencias de la Unidad de Servicios Bibliotecarios (USBI), ubicada en Xalapa.



El evento, moderado por Rocío Ochoa, del CEGUV, contó con las participaciones del investigador adscrito al Instituto de Salud Pública y al CEGUV, Benno de Keijzer Fokker y de Ali Siles Bárcenas, doctor en Sociología por la Universidad de Mánchester. Los académicos aportaron valiosas reflexiones en torno de la investigación realizada en el libro.

En entrevista, Héctor Domínguez Ruvalcaba, también egresado de la Facultad de Letras Españolas de la UV, explicó que el propósito de su obra es abordar un concepto muy conocido y empleado por la cultura mexicana, el “gandallismo”.

A través de sus páginas, el autor da a conocer cuatro casos muy conocidos de abusivos icónicos que representan la lastimada realidad de México. Daniel Arizmendi, el famoso “Mochaorejas”; Juana Barraza Samperio, la mediática “Mataviejitas”; el pederasta Marcial Maciel, la gran decepción de Cristo; y el gran villano de Veracruz, el exgobernador Javier Duarte de Ochoa, son atendidos como algunos ejemplos de grandes “gandallas” que este país ha visto.



Ruvalcabaanaliza los rasgos más oscuros que imperan en estos personajes, haciendo especial énfasis en la peligrosa relación que existe entre el “gandalla” y la construcción de la masculinidad mexicana.

Una de sus tesis principales apuesta por el hecho de que este tipo de actitudes son mayormente transmitidas como aprendizajes que se perpetúan y se vuelven un fundamento de la vida cultural, por ello que el ideal de ser hombre requiera elementos violentos que doten de una falsa ilusión de poder o superioridad.



Héctor Dominguez considera que “el gandalla es producto de nuestras creencias, valores y prejuicios; no hay otra forma de ser gandalla que imitando. La sociedad de México ha convertido a los gandallas hasta en héroes, son marcas de identidad. Y esto se puede ver mucho en la cuestión del macho”.

“A todos nos quieren educar como machos y un macho ¿qué es? Pues un gandalla. Se enseña a idolatrar a los gandallas y a través de su serie de justificaciones inconscientes se motiva su comportamiento social. Eso es lo que hay que cambiar, dejar ese ideal; la cultura mexicana del típico 'El que no tranza no avanza' hace que el gandalla no viole las normas sociales sino que más bien las cumple, porque la sociedad no ha dejado de enseñarnos que abusar del otro a través del privilegio está bien”, dijo.

El escritor busca romper los esquemas que categorizan a las conductas abusivas como anormales, pues eso sería excluirlas de la sociedad desde donde se gestan esos comportamientos. La violencia no es patológica, es un producto sistemático, propone el autor. Por lo tanto, la forma, casi utópica, de acabar con el gandallismo en México, es dejando de generar contextos que propicien a la exaltación de esas conductas, cuya labor implica el compromiso de la mayoría social.



La presentación de Gandallas. Las fuentes culturales de la violencia en Méxicotuvo lugar a las 17:00 horas del 17 de marzo y fue transmitida simultáneamente a través de las cuentas de Facebook @CeGUV y @CIEGUNAM. El libro ya se puede adquirir en algunas librerías.