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Sección: V?a Correo Electr?nico

La ciencia desde el Macuiltépetl

Enciclomedia y el PHDT, fraude educativo

Manuel Mart?nez Morales 01/07/2011

alcalorpolitico.com

Enciclomedia fue uno de los programas más ambiciosos del gobierno de Vicente Fox. Tenía el objetivo principal de equipar con tecnología digital las escuelas públicas del país, declarando que, con esa innovación, se hacía de la educación el motor del progreso individual, familiar y nacional. Lamentablemente, su fracaso fue estrepitoso, directamente proporcional a las expectativas que despertó, y a los miles de millones de pesos que se malversaron en su implantación.

Ahora, el gobierno de Felipe Calderón ha remplazado Enciclomedia con el Programa Habilidades Digitales para Todos (PHDT). Todo parece indicar que este programa también se encamina al fracaso, por las mismas razones que su antecesor.

El primer error -según afirman quienes participaron en el desarrollo de Enciclomedia- fue poner a los diseñadores gráficos al frente del proyecto: “casi no había desarrolladores, programadores ni pedagogos; se invertía mucho dinero y esfuerzo en la apariencia de Enciclomedia, pero se descuidaban los contenidos y lo que llamamos la usabilidad, es decir la facilidad para manejarlo. Se olvidaban de que el diseño gráfico es la piel del interactivo, que los contenidos alguien los tiene que definir”, dice el especialista Daniel Rodríguez.

No hubo razón que hiciera entender a los responsables de Enciclomedia las desventajas del dispositivo. Adquirieron alrededor de 125 mil, tantos como computadoras se habían instalado en las aulas de quinto y sexto grados de primaria, cada uno a un precio aproximado de 20 mil pesos. En ese momento, de golpe y porrazo, México se convierte en el país que más pizarrones electrónicos compra en el mundo.

Vendría después otro problema. Los equipos y las herramientas para crear los programas de Enciclomedia trabajaban con software privado, principalmente de Microsoft, cuyo navegador, Internet Explorer, se actualizaba continuamente. Cada actualización del navegador restringía la funcionalidad de Enciclomedia, los programas dejaban de operar, los interactivos no se podían proyectar a pantalla completa: Todo lo que se había hecho no cabía en la pantalla o no se abría en las ventanas.

Técnicamente, se tenía la solución para impedir que Enciclomedia se paralizara: cambiar de navegador. Y surgió un problema todavía mayor: la columna vertebral de contenidos del proyecto era la enciclopedia multimedia digital Encarta, publicada por Microsoft (actualmente descontinuada). Encarta solamente funcionaba con el navegador Internet Explorer porque ambos pertenecían a la familia Microsoft. Se hizo obligado seguir trabajando con Internet Explorer.

Por las circunstancias ya descritas, no había lugar para una solución duradera. Los equipos cayeron en desuso, fueron robados o se deterioraron, y los programas de cómputo que hacían funcionar Enciclomedia se volvieron obsoletos.

No se ven razones para que las cosas mejoren con el PHDT, impulsado por el gobierno de Felipe Calderón. Al contrario, el programa persiste en el mismo error de fondo: está desarrollado sobre un hardware (equipo) y un software (programas de cómputo) sumamente complicado, delicado y caro para un contexto socioeconómico como el mexicano.

Es imperativo desarrollar estrategias que vinculen las herramientas tecnológicas al proceso específico de enseñanza aprendizaje, que en el fondo es el objetivo que hay que atender. Lo cual están en posibilidad de desarrollar científicos y técnicos mexicanos, sin necesidad de hacerle el juego a Microsoft para que incremente sus ganancias y, de paso, acrecentar nuestra dependencia tecnológica.

Lejos de corregir los errores cometidos en Enciclomedia, el PHDT incurre en otros. El más grave, es que la Secretaría de Educación Pública adquirió cientos de miles de notebooks, lo que implicó pagar no sólo el precio de cada equipo, sino las licencias individuales de los paquetes operativos, de los antivirus y de los respectivos programas específicos para la enseñanza, con lo cual el costo se dispara exponencialmente. Adivinen quien es el proveedor: Microsoft.

Hay que enfatizar que hay procesos, como el educativo, que realmente no requieren de alta tecnología. Me consta, como docente con muchos años de experiencia, que gis y pizarrón son más que suficientes en el proceso de enseñanza aprendizaje en todos los niveles, si es que se establece una comunicación y una dinámica favorable entre el educador y los educandos.

Los artefactos tecnológicos son auxiliares en el proceso y, en todo caso, deben ponerse al servicio de los estudiantes y que sean ellos quienes decidan hasta donde les es útil su empleo. La inteligencia artificial ofrece alternativas interesantes, como son los “tutores inteligentes”, programas que guían al educando en el estudio de algún tema en forma interactiva, a la manera como lo hace un tutor humano. Hay que prestar atención a esta innovación en el campo educativo, en la que participan activamente científicos mexicanos, contándose entre ellos investigadores de la Universidad Veracruzana.

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.