“La enseñanza de la historia a nivel nacional vive una especie de retroceso lamentable, estamos regresando a esta historia de héroes, de grandes figuras, de situaciones excepcionales donde el espacio educativo se llena la boca de grandes heroísmos, del pueblo en general, pero lo mantiene fuera de todo este fenómeno”, comentó Ricardo Pérez Montfort, especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social de la ciudad de México.
Pérez participó en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario con la conferencia inaugural de las II Jornadas de Cultura y comunicación, con el tema “Nacionalismo y regionalismo en el Cine mexicano”.
El investigador precisó que hace mucha falta revisar los programas de enseñanza de la historia a nivel primaria, secundaria, “bajar un poco el tono y regresar a la gente, no tanto al Estado ni a la reivindicación de estas grandes figuras o incluso de las polémicas alrededor de estas figuras”.
Señaló que con los procesos educativos y por la situación que atraviesa el país, a la gente se le da una historia que se daba en la década de los años 50, “de alguna forma se están dejando atrás todos los logros a los que hemos llegado en la propia profesionalización de la historia”.
Mencionó que hay un fetichismo en torno a los héroes patrios, “de los huesos de tal o cual, en torno de tal bandera o de tal figurota, etcétera, eso me da la impresión de que ya no sirve, ya no funciona en la propia enseñanza de la historia”.
Por lo que aseguró que la gente debe acercarse a la historia para sentirla propia y que se vea en ella, “que no la separen tanto de esa dimensión heroica, en ese sentido estoy totalmente de acuerdo en que la enseñanza de la historia a nivel oficial sí vive un retroceso lamentable”.
Pérez añadió que cada generación hace su propia historia, “nosotros estamos con la historia de nuestros abuelos, realmente no contamos la que corresponde a la generación actual, sino regresamos a la que se contaba en el Siglo XIV, de los tatarabuelos y este regreso significa una visión profundamente conservadora del fenómeno histórico”.
Externó que la historia está en constante cambio y que ahora vive un periodo estático, “una historia que siempre es la misma y que responde a una idea de un México eterno, de un México glorioso y yo creo que eso no existe”.
Puntualizó que el cine así como los medios de comunicación tienen un enorme peso, “es a través de ellos que se difunden estas ideas, valores, y hay lamentablemente una posición poco crítica, hace falta que ayuden para poder volver a ver la historia a partir de los ojos de esta generación y no del Estado justificatorio que aplaude a la menor provocación”