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Sección: Estado de Veracruz

Entre aplausos y música, Alto Lucero le dio el último adiós a su Paquita

“Siempre quiso mucho a la gente de aquí, aunque se tuvo que ir a la ciudad para buscar su sueño”, dice su familia

José Topete Xalapa, Ver. 19/02/2025

alcalorpolitico.com


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En Alto Lucero, una capilla da testimonio de los orígenes humildes de Francisca Viveros Barradas, mejor conocida como Paquita la del Barrio. La cantante mandó construirla en honor a su tía, Lucía Barradas, quien le enseñó a cantar en lo que fue su hogar, cerca de ese espacio modesto donde pasó sus primeros años de vida.

Paquita siempre lamentó que la fama y el dinero llegaran demasiado tarde para compartirlos con Lucía y con su madre, Aurora Barradas, quien ya había fallecido cuando se convirtió en un éxito de la música ranchera.

"Ella fue mi madrina en la primera comunión", recuerda Maximina Jiménez Barradas, sobrina de Paquita. "Me acuerdo del vestido que llevaba y lo que desayunamos ese día. Ella siempre quiso mucho a la gente de aquí, aunque se tuvo que ir a la ciudad para buscar su sueño; aquí nos dejó su capilla en honor a su tía".



Maximina afirma que la vida de Paquita estuvo marcada por la música. Desde pequeña cantaba en las quermeses de una escuela primaria de Alto Lucero, junto a su hermana Viola, hasta consolidarse como una de las voces más emblemáticas de la música popular mexicana.

Concierto en su honor

"Alto Lucero siempre lo hemos puesto muy en alto donde quiera que nos presentamos", dijo Viola Dorantes durante un homenaje a su hermana en el parque del municipio, donde decidió interpretar algunas canciones.



"Cantábamos en la escuela y así empezamos. Luego nos fuimos a la Ciudad de México, donde comenzamos a cantar en restaurantes. Paquita tenía un estilo único, pero nosotras fuimos Las Golondrinas", relató Viola.

Este miércoles, las calles de Alto Lucero se llenaron de seguidores, amigos y familiares cuando la urna con las cenizas de Paquita llegó a la parroquia Cristo Rey de las Américas, donde se realizó una misa en su memoria al mediodía. Después, en el parque municipal se llevó a cabo un homenaje en el que se instaló un escenario y sus deudos estuvieron entre el público que llegó a escuchar las canciones de Paquita la del Barrio.



Paquita también fue empresaria

Maximina compartió recuerdos íntimos de la cantante y relató que Paquita, junto con su esposo Alfonso, abrió una fonda que con el tiempo creció hasta convertirse en un restaurante. "Ella se puso a cantar y jalaba mucha gente, se llenaba. Estaba muy bonito el ambiente, la verdad", recordó.

Posteriormente, Francisca Viveros construyó un hotel en Alto Lucero que lleva su nombre. Estos fueron los únicos negocios que pudo sacar adelante durante su vida y que aún se conservan.



Miguel Gerardo Viveros, hijo de la cantante, compartió detalles sobre los últimos meses de su madre. "Todavía en los últimos días estaba mortificada porque decía ‘ya quiero caminar’", mencionó. Reveló que Paquita tenía planes de cantar en su restaurante Casa Paquita, ubicado en la colonia Guerrero de la Ciudad de México. "Entonces, se vino de sopetón esto, de repente ya no podía caminar y se sentía una inútil. Mamá era una guerrera, por eso sufrió mucho", agregó.

Viveros expresó su agradecimiento por el cariño que los medios y el público mostraron a su madre. "Les juro que estoy súper agradecido. Nunca hablé con los medios porque ¿quién soy yo más que el hijo? Pero, de corazón, en lo, mi familia, les agradecemos todos de antemano", dijo.

Paquita pisó la cárcel



Durante el homenaje, sus hijos recordaron que hace casi dos décadas la cantante enfrentó problemas fiscales. En 2006, fue detenida en el Aeropuerto de la Ciudad de México por evasión de impuestos. "Nos agarró la Interpol llegando al aeropuerto", recordó su hijo Miguel Gerardo.

"Ver a mi santa madre cuando la subieron a una camioneta como delincuente (…) fue una injusticia". Días después, salió bajo fianza. "Pero era parte del show", comentó su hijo. Poco después, Paquita apareció en una campaña promoviendo el pago de impuestos, demostrando que podía sobreponerse a la adversidad.

Al final, el pueblo de Alto Lucero le dio el último adiós con música. Entre los aplausos, la voz de Viola se alzó nuevamente en el parque municipal, pues Paquita regresaba a casa con la música que la vio partir.