La antorcha centroamericana tuvo una muy atropellada bienvenida en la capital del Estado desde su salida del Estadio Xalapeño “Heriberto Jara” y hasta su punto final en el Estadio Colón, donde los estudiantes, algunos normalistas, otros de la Universidad Veracruzana, reclamaron justicia por los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
En el trayecto, los estudiantes se manifestaron en varias avenidas de la ciudad para exigir el regreso con vida de los normalistas de Guerrero, incluso algunos universitarios aventaron cubetadas de agua a los relevistas del fuego centroamericano, otros tomaron un autobús para viajar hacia el Estadio Colón, punto final del recorrido, no sin antes bajar a quienes venían en el transporte público, pagarles su boleto y pagar la corrida al chofer por sus servicios.
Desde que salió del Estadio Xalapeño, los relevistas se toparon con la protesta del investigador de la Universidad Veracruzana, Alejandro Saldaña, quien intentó correr algunos metros con ellos, luego desistió y se plantó en la entrada de la renovada infraestructura deportiva, ahí unos cuantos estudiantes se le sumaron y gritaron consignas al unísono.
En medio de un fuerte operativo de seguridad, los marchistas avanzaron hasta llegar a la avenida Xalapa y al pasar frente al Museo de Antropología de Xalapa (MAX) y a la Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”, ya los esperaba un importante contingente de estudiantes normalistas, quienes expresaban "no queremos juegos, queremos justicia".
Siguieron su camino y ya sobre la avenida Ruiz Cortines los mismos estudiantes continuaban su protesta, pero en este punto quemaron una playera representativa de los Juegos Centroamericanos, de esas que fueron regalando a quienes sí disfrutaban del recorrido antorchista.
Aún en Ruiz Cortines, pequeños de un jardín de niños y de una universidad privada aplaudieron el paso de los relevistas hasta llegar al Circuito Presidentes, donde no corrieron la misma suerte, pues ahí otro grupo de universitarios les aventó cubetadas de agua logrando apagar el fuego, sin que ello detuviera la marcha para llegar al Estadio Colón.
Fue ahí donde a su llegada los estudiantes de la Universidad Veracruzana ingresaron con playeras, mantas y algunos con la cara cubierta para interferir el evento alusivo a la conclusión del recorrido en esta sede de los Juegos.
“México no es una fosa clandestina” consignaba una de las mantas que portaban los encapuchados al tiempo que se subían al templete para evitar que se encendiera el pebetero.
Los organizadores trataron de acallar las denuncias estudiantiles subiendo el volumen de la música, lo que sólo motivó la risa de los quejosos.
El alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, al parecer tuvo la intención de dialogar con los jóvenes para que se permitiera seguir con el acto protocolario y encender finalmente el pebetero.
Al paso de algunos minutos los estudiantes se retiraron y el evento organizado para el encendido del pebetero siguió su programa.
En el Estadio Colón, Abel Cuéllar Morales, coordinador general de Estrategia Deportiva, junto con Faustino de Jesús Díaz Muñoz, jefe del departamento del Relevo de la Antorcha; la maratonista, Judith Ramírez; Rafael Ochoa, deportista seleccionado de Xalapa; María de Lourdes Lara, alcaldesa de Jilotepec y el alcalde de Xalapa; continuaron con el programa hasta concluirlo.