Entregarán la distinción “Tesoros Humanos Vivos” a cinco creadores veracruzanos

Sebastiana Medina Ruiz, Carmen Romero Rosas, Francisca Hernández Pérez, Rafael Santos y Fidel Márquez Ramírez recibirán la distinción de ser reconocidos como “Tesoros humanos vivos”, otorgado por el Gobierno del Estado de Veracruz, a través del Instituto Veracruzano de la Cultura, con base en los lineamientos establecidos por la UNESCO.

Este reconocimiento será entregado en noviembre a los cinco creadores galardonados, quienes recibirán reconocimiento y un estímulo económico. También en esa misma ceremonia se otorgará un reconocimiento especial al músico de Santiago Tuxtla, Salvador Tome Chacha, quien recibirá reconocimiento y estímulo económico especial, en el marco del Programa de Desarrollo Cultural del Sotavento, que impulsan los Estados de Oaxaca, Tabasco y Veracruz, junto con la Secretaría de Cultura Federal.

Este reconocimiento, “Tesoros humanos vivos”, se entrega únicamente a las personas adultas mayores, aquellas que poseen un sumo grado de conocimientos y técnicas para recrear y preservar determinados elementos del patrimonio cultural inmaterial, de las distintas regiones del Estado de Veracruz.



Con actividades como ésta, el IVEC afirma el valor que guarda la transmisión de experiencias, conocimientos, técnicas y valores inherentes que estas personas hacen posible para las nuevas generaciones, al fortalecer así los valores identitarios de las comunidades veracruzanas a través de las expresiones orales, los rituales, las festividades y las técnicas artesanales.

Don Salvador Tome Chacha, con 101 años de edad, es el músico más longevo de Santiago Tuxtla. Versador de oficio, tiene un profundo amor a su tierra y es conocedor de técnicas ancestrales de la comunidad, como la medicina tradicional. Se le reconoce sobre todo por su aporte a la preservación del son jarocho.

Sebastiana Medina Ruiz tiene 86 años de edad, mujer originaria de Jamapa, orgullosamente afromestiza. Ella durante 65 años ha ejercido y compartido los conocimientos de la herbolaria. Además de ser curandera, partera, culebrera, recolectora y sanadora. Doña Tana, como cariñosamente le llaman, dice que su don se lo obsequió el campo, ya que le dio el conocimiento para curar.