“Después de la derrota puede surgir el éxito; no te alejes bruscamente de aquello que preocupa tu
corazón…”
Reflexión oriental.
El sábado 6 de junio en New York se realizó una proeza hípica y un mexicano, oriundo de Tulancingo, Hgo., fue el protagonista humano vertebral de la misma. Aconteció que ese día en el hipódromo de Belmont Stakes, ubicado en la ciudad de los rascacielos, el caballo American Pharoad montado por el jockey azteca Víctor Espinoza obtuvo la victoria sobre los otros corceles tresañeros por 5 largos y medio, dejando atrás a ejemplares ameritados como Frosted, Keen Ice y Materiality. Pero lo significativo fue que ese logro consecutivo fue el tercero de otras dos carreras importantes, toda vez que ese potro bayo, cola corta (American Pharoad) ya se había impuesto a sus adversarios en el Derby de Kentucky y en el Preakness Stakes de Baltimore. Ese histórico día, después de 37 años de vigilia en la llamada competencia de la Triple Corona, surgió un supremo campeón y también un jinete singular se ubicó en la cumbre de la historia ecuestre.
Tengo que destacar que ese sistema de la Triple Corona se instauró en los Estados Unidos en 1867, de eso ya hace 148 años, donde se establece formalmente que corceles “pura sangre” de 3 años (potros y potrancas) competirán en tres escenarios diferentes en el transcurso de 21 días (Derby de Kentucky, Preekness Stakes de Baltimore y Belmont Stakes de New York). Los conocedores expresan que esa triple gema es una justa muy exigente para caballos y jinetes, pues durante 3 semanas se efectúan las tres confrontaciones de larga distancia, donde se combina velocidad y resistencia. A lo largo de la historia, antes del éxito de nuestro connacional Espinoza, únicamente 11 caballos – entre ellos el célebre Secretariat en 1973 – habían alcanzado el pináculo de la gloria. Hoy con Víctor y con el potro referido se llega a la docena de Triples Coronas, durante casi un siglo y medio de esfuerzos, fracasos, ilusiones y realizaciones sorprendentes.
Me referiré brevemente a Víctor Espinoza, que no es ningún improvisado en su labor como jockey profesional, toda vez que ese hombre tenaz de 43 años es producto del esfuerzo y de los descalabros. Es originario de una comunidad rural del municipio de Tulancingo, miembro de una numerosa familia modesta, él es el menor de una docena de hermanos. Por razones económicas y de trabajo llega con sus padres y parientes a la ciudad de México al cumplir los doce años, laborando en varios lugares como cargador, velador, auxiliar de albañil, pintor, lavador, bolero, etc., hasta que se convierte en cuidador de caballos, estudiando lo básico en sus tiempos libres. Con muchas dificultades se inscribe en la escuela para jinetes del Hipódromo de las Américas, a fin de asimilar todo lo inherente a la conducción sensible y hábil de los equinos. Compite en México en algunos eventos pueblerinos, pero su afán de superación lo encamina hacia la Unión Americana, padeciendo lo indecible para lograr desempeñarse como jinete profesional en Los Ángeles y en San Francisco. Por esos ámbitos muy competitivos se empieza a destacar a nivel nacional en los años 2000 y 2001. Ya en 2002 se agencia 2 competencias de la Triple Corona y fue denominado el mejor jinete por la cadena televisiva ESPN, otorgándole el premio ESPY. En 2003 ganó la carrera número 3000 y en 2014 se quedó, por segunda ocasión, a un éxito de lograr la triple gema.
Fue bastante difundido y festinado el logro del caballo American Pharoad (hijo de Pionner of the Nile) y de nuestro compatriota, porque desde 1978 ningún binomio lo había alcanzado. Hace 37 años el ejemplar de nombre Affirmed se hizo acreedor al singular reconocimiento, bajo la monta del experimentado Steve Cauhthen. Por cierto que Víctor Espinoza es el primer jockey latino que se cubre de prestigio, pues todos sus antecesores en “el podio ternario” fueron anglosajones o eslavos. Remato el comentario para decir que a lo largo de la historia 14 caballos ganaron 2 gemas, pero no pudieron con la Belmont Stakes. A propósito, el New York Times apuntó a 8 columnas “Fue una coronación largamente esperada” y el Washington Post, que publicó la imagen del jinete y del potro, resaltó en la sección deportiva: “Se rompe una sequía de 37 años”.
JELF/halt
Atentamente
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga