El expenal “Ignacio Allende”, en la ciudad de Veracruz, una cárcel que funcionó por casi 100 años, en donde estuvieron personajes de todos los estratos sociales y la cual servía para tener a los reos sujetos a proceso del Distrito Judicial de la zona Centro-Veracruz, se ha convertido en una verdadera “letrina”.
Sus pasillos afuera de las instalaciones penitenciarias, ubicadas en la avenida Ignacio Allende, entre Francisco Canal y Hernán Cortés, de la colonia Centro de Veracruz, las ocupan ahora los indigentes como hotel, baño público y cueva de fechorías; pero a nadie le importa, ni a las autoridades estatales ni a las locales.
En abandono total, permanece cerrado, desde que el exgobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, planteó que ya no era viable su funcionamiento por el grado de hacinamiento y ordenó su clausura. Los cientos de presos fueron reubicados a otras cárceles.
El exCeReSo ha servido de set para dos filmaciones y para guarida de indigentes, acumulación de basura, foco de infección y heces fecales al aire libre.
El inmueble está bajo la operación de la Dirección General de Prevención y Reinserción Social dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Veracruz.
En esos pasillos, los ciudadanos transitan todos los días para acudir a los Juzgados de Primera Instancia, los Ministerios Públicos adscritos y las instalaciones de las agencias investigadoras segunda, primera y tercera.
Por lo que es urgente que se haga algo al respecto, ya que esta situación representa mucha contaminación.