Víctima de una hemorragia interna, falleció la mañana de este domingo el Arzobispo de Xalapa, monseñor Hipólito Reyes Larios, en un hospital de esta capital, informó el titular de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis, presbítero José Manuel Suazo Reyes.
A través de sus redes sociales, el vocero del Arzobispado de Xalapa, dio a conocer la lamentable noticia, que cimbró a la feligresía católica de la región.
Monseñor Hipólito Reyes Larios cumpliría el próximo 13 de agosto 75 años de edad, con lo cual alcanzaría la edad canónica y renunciaría a su oficio pastoral.
Este mismo domingo, los restos mortales de Reyes Larios fueron recibidos en la Catedral Metropolitana.
Al respecto, Suazo Reyes, recordó el trabajo en vida del prelado católico como un hombre preocupado por el medio ambiente, los derechos humanos, la vida y la sociedad.
“Le damos gracias a Dios por los abundantes dones que lo caracterizaban: era una persona cercana a la gente, amistosa, transparente; una persona que sabía escuchar, que se hacía ayudar de sus colaboradores. Era un hombre que se preocupaba también de la situación social, de la vida, de los derechos humanos, de la naturaleza, y que muchas veces aquí, en este lugar, escuchamos muchas veces manifestar estos puntos de vista”.
El padre lamentó los momentos difíciles que provocó la muerte del Arzobispo.
"Mientras nosotros nos preparábamos para celebrar su cumpleaños el próximo viernes y tratamos de hacer como una semblanza de lo que lo caracterizaba en vida, quién lo iba a decir que horas después, tendríamos que hablar en pasado".
Precisamente, el Comunicado Dominical de la Arquidiócesis de Xalapa de este domingo, se ocupa de la trayectoria del monseñor Hipólito Reyes Larios, que fue emitido en vistas a que el prelado se podría retirar del servicio eclesiástico el próximo viernes 13 de agosto, al cumplir su 75 aniversario de vida, y dice lo siguiente:
Nació el 13 de agosto de 1946 en Ciudad Mendoza, Veracruz. Es hijo de don Melitón Reyes Andrade y Dolores Larios Pastrana. Hizo sus estudios eclesiásticos en el Seminario Regional de Xalapa. Es licenciado en Teología Espiritual por la Universidad Pontificia Gregoriana y en Teología Moral por la Academia Pontificia Alfonsiana, de Roma.
Fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1973, próximamente celebraría 48 años de sacerdote. El 15 de abril del año 2000 fue nombrado por el Papa Juan Pablo II como primer obispo de la diócesis de Orizaba, por lo que el 13 de junio del 2000 recibió la ordenación episcopal, bajo el lema Spiritus Domini Super Nos (El Espíritu del Señor está sobre nosotros). El 10 de abril de 2007 el papa Benedicto XVI lo nombró Arzobispo de Xalapa. Tomó posesión de su arquidiócesis el 19 de junio del mismo año.
La trayectoria del Arzobispo de Xalapa, quien desde su joven vida sacerdotal y en el ejercicio de su ministerio presbiteral y ahora episcopal se ha caracterizado por ser una persona cercana, amable, transparente, sencilla y muy directa.
Basta escucharle en sus mensajes, su voz firme y clara revelan su autoridad moral y su experiencia de Dios. Es un hombre que cultiva el espíritu y dedica tiempo a la oración y a la escucha de la palabra de Dios para sacar fuerzas para su ministerio y contar siempre con el consejo divino. Su rostro revela serenidad y mucha confianza”, refiere el comunicado.
En el ejercicio de su cura pastoral, sostiene el comunicado dominical en dónde da cuenta de la fecha en que cumpliría años, los sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos siempre tienen una solución oportuna y pertinente a sus problemáticas o inquietudes espirituales. “Nuestro obispo es una persona que sabe escuchar atentamente a los demás y que sabe delegar y apoyarse en sus colaboradores”.
“El Espíritu Santo ha colmado a Monseñor Hipólito con la gracia habitual para buscar siempre el bien del pueblo de Dios y de la Iglesia. Mons. Hipólito nunca ha olvidado que es Dios quien lo ha llamado gratuitamente a servir a la Iglesia mediante el ministerio sacerdotal. La gracia divina lo ha sostenido en su interior para anteponer la gloria de Dios a sus intereses personales.
“Su testimonio y ejemplo para buscar el bien de la Iglesia en toda su labor cotidiana nos edifican. Don Hipólito se dona en el servicio al pueblo de Dios, pero también sabe hacer un alto en el frenesí de los trabajos pastorales. Desde luego, como obispo tiene claro que la prioridad de toda la Iglesia, y especialmente la arquidiócesis, es la evangelización. Él no tiene ni alberga en su corazón otra tarea que no sea llevar el Evangelio a los alejados”, se destaca.
Con el repicar de las campanas de la Catedral Metropolitana, las autoridades religiosas, anunciaron el fallecimiento del Arzobispo Hipólito Reyes.