Falta protocolo para atender a personas con episodios psicóticos: Elizabeth Morales

El caso de una mujer que la semana pasada deambulaba desnuda por la ciudad de Xalapa y que tuvo que esperar cuatro horas para ser canalizada a una institución, obliga a establecer lineamientos de respuesta inmediata.

La legisladora local del Partido del Trabajo (PT), Elizabeth Morales García, reconoció que la falta de precedentes en la atención de mujeres en estado psicótico complicó la actuación de las autoridades.

El miércoles de la semana pasada se difundieron en las redes sociales imágenes y videos de una mujer que caminaba desnuda por diversas zonas de la ciudad. Fue así como un grupo de feministas la resguardó, cubrió y protegió, mientras pedía apoyo de personal especializado. El punto de intervención fue sobre la avenida 20 de noviembre a donde llegó personal del Instituto Veracruzano de las Mujeres y del Instituto Municipal de las Mujeres (IMM), elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y paramédicos.



Sin embargo, el personal de ambos Institutos reconoció que no podían intervenir por no tener atribuciones sobre esos casos, por lo que solicitaron la presencia de personal de psiquiatría de la Secretaría de Salud de Veracruz, lo que derivó en una espera de más de cuatro horas para su atención.

Al respecto, Morales García insistió en la urgencia de un protocolo bien definido sobre qué debe hacer cada nivel de gobierno cuando se presenten casos de personas en situación de calle o con episodios psicóticos. Expuso que ese tipo de casos no se ven tan seguido, tal vez por eso no hay un protocolo de intervención ni un área que tenga como responsabilidad única este tipo de acciones.

Es indispensable, añadió, que desde el municipio se habiliten albergues temporales para personas en situación de calle, con servicios integrales que permitan atenderlas, canalizarlas y acompañarlas en procesos de rehabilitación e integración social. La legisladora del PT aplaudió el esfuerzo de las xalapeñas que auxiliaron a la mujer, destacando que su intervención permitió protegerla mientras se definía qué autoridad debía actuar para garantizar atención médica y psicológica.