Fantasía creadora

En este mundo de leyes en que está convertido nuestro país se buscó, y se encontró, aquella que crea el Instituto Veracruzano de la Cultura, cuyo objeto se establece en el artículo 2°: “El Instituto tendrá como objeto auspiciar, promover y difundir la actividad cultural por medio de la afirmación y consolidación de los valores locales, regionales y nacionales, y de fomento e impulso a las artes; a la preservación del patrimonio arqueológico e histórico, así como de la protección y estímulo a las expresiones de la cultura popular, a fin de propiciar y alentar la participación en este renglón de los habitantes del Estado y coadyuvar en el cumplimiento de los fines que en materia cultural establece a legislación del Estado”.

El reporte se origina no en un hecho sino en una declaración de Rodolfo Mendoza Rosendo, director del Instituto Veracruzano de la Cultura, quien afirmó que de esta manera se incrementará el presupuesto destinado a este rubro. ¿De qué trata este rubro? “Para mejorar la calidad de los eventos culturales, la sociedad debe asistir: IVEC”. Así reza la cabeza de la nota periodística que leímos en alcalorpolitico.com (27/11/2016). No se osará hacer la mínima crítica, pues se viven momentos en que ésta es la preocupación de todos en Veracruz.

En la declaración hay más de un grano de verdad, la sociedad debe asistir a los eventos culturales del IVEC. Éste, por su parte, debe asistir a la sociedad y lo hace en la medida de sus posibilidades. Habituados a la intensidad de las actividades culturales en Xalapa, que se desprenden del hecho elemental de ser la sede principal de la Universidad Veracruzana, la vida de Coatepec produce una sensación de lentitud y una extrañeza singular respecto de la vida en Xalapa. Pero, nos acercamos a la Casa de la Cultura y pudimos percatarnos que Coatepec no ha perdido ni olvidado la impronta cultural que dejó en su ser María Enriqueta Camarillo y Roa, lo cual no ocurre tan sólo ni únicamente en su Casa de la Cultura.



Las Casas de Cultura se establecen a partir de convenios con el Instituto Nacional de Bellas Artes y con los municipios y el IVEC tiene la atribución (derecho y obligación) de apoyarlas en lo concerniente a sus actividades (Artículo 3°, fracción VI de la ley citada). Pero, vayamos al grano, ¿Cuál es la asistencia que el IVEC debe prestar a la sociedad veracruzana? El cultivo de la fantasía creadora, porque es inconcebible que el veracruzano se pueda agobiar con el peso grave de sus problemas políticos.

Aprendimos en la escuela de la vida -y con la ayuda de los amigos de la sabiduría- que la fantasía desempeña su papel más importante como fantasía creadora al servicio del pensar productivo, en las inspiraciones de orden científico, artístico, técnico, religioso y también político. Debemos crear, desde la periferia de la nación mexicana, como lo es Veracruz, un <<mundo/otro>> en donde los derechos civiles y políticos, tanto como los derechos económicos sociales y culturales sean conceptos históricos y no meras abstracciones.



Los amigos de la sabiduría nos enseñan que “Todo pensar neocreador requiere en el hombre de manera natural el auxilio de la imaginación con sus representaciones del fin y su inventiva libertad de movimientos”. Quienes estudian estas cosas, muestran que la fantasía creadora es la antesala de <<soluciones y nuevos conocimientos>> un contenido cognoscitivo, insospechado. Y, acaso, no es verdad que los veracruzanos y los mexicanos, apelando al vocabulario coloquial “De eso estamos pidiendo nuestra limosna”. Por supuesto, complementan quienes tales cosas saben, que evidentemente la ocurrencia así inspirada debe ser luego examinada por el pensar lógico de relación, porque en el juego de la fantasía lo irracional puede producir tanto resultados defectuosos como geniales.

No quisiera que los participantes del festival NUNTEMPA. Música del siglo XX y XXI (4ª edición) en la Casa de la Cultura de Coatepec vayan a calificar de irrespetuoso este artículo. Estamos convencidos de que sentir es lo primero y el Domingo 13 de noviembre a partir de las 17 horas, sentimos profundamente la música de Eugene Ysaÿe (1858-1931) en la ejecución de Lázaro Jascha Gonzalez Muños, violín; la de Jacques Ibert (1890-1962) y Arthur Honegger (1892-1955) en la ejecución de Teresita Custodio Jiménez, flauta; la obra musical de Paul Hindemith (1895-1963) interpretada por Roni Gordillo Bolaños, violonchelo; también disfrutamos la obra de Máximo Diego Pujol (*1957), dúo “A piacere”, Aracelí Arroyo Juárez, saxofón soprano y Enrique González Melo, guitarra.



La presentación del “Viaje alrededor del mundo” de los maestros, egresados y alumnos del Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz y de la Escuela de Música de la Universidad Veracruzana, llegó a su climax con la música de Grazyna Bacewicz (1909-1969), ejecutada magistralmente por Yael Cervantes Uscanga - violín I, Martín Sánchez Ramos - violín II, Leslie Pulido -viola, Henry Knaig Morales – violonchelo. El cierre correspondió a Nebojsa Jovan Zivkovik (*1962) con la marimba de Baruch David Ascención Hernández, acompañado de un grupo de bailarines: Primavera López Colunga, Tania Ochoa Miranda, Minerva Estefanía Bautista Cruz.

Sentir la música ejecutada fue lo primero, después, y sólo después, pensamos en el sentido (otra forma de sentir) del artículo 2° de la Ley que crea el Instituto Veracruzano de Cultura y en el cual se establece su objeto. No cabe duda, apreciar la Belleza es condición indispensable para apreciar la Justicia.

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