Después de 7 años de transmisión y con una interminable lista de pequeños conductores que fueron creciendo a lo largo de este tiempo, llegó a su fin el programa radiofónico
La Chicharra que, semana a semana, se escuchaba por “Radio Más, la radio de los Veracruzanos”, donde los temas abordados eran, sobre todo, aquellos que a los niños les interesaban: la música, los animales, extraterrestres, la comida, los deportes, etc.
Contaba con secciones como:
Puro cuento, el DJ Chicharra, Notilocuento, las cuales hicieron que el programa fuera no sólo aceptado por los niños, a quienes iba dirigido, sino por un gran número de adultos que cada sábado sintonizaban su radio para gozar de una hora de diversión.
Sin embargo, sin mayor explicación, sin un hasta luego, se dio por terminada su transmisión y, a decir de la directora de Radio Más Cristina Medina regresará, aunque no dio una fecha, sólo asegura que en la emisora están obligados a mantener un espacio infantil dentro de la programación y que éste se reestructurará para presentar un proyecto más fresco y con mejores propuestas, por lo que sólo se pondrá música infantil en el horario de los sábados por la mañana.
Cabe señalar que durante la nueva etapa del programa que duró cerca de dos años, ni la Directora ni el Coordinador de Producción dieron muestra de interés por el programa, por lo que el éxito obtenido fue logrado gracias a la paciencia y dedicación de sus productores América García, Bruno Rubio e Ileana Quiroz, cuyo interés se vio reflejado en el empeño que cada uno puso al realizar conducciones en vivo, ya sea en el estudio o al aire libre, en eventos como ferias del libro o festejos por el día del niño.
A pesar de no contar con un pago por parte del canal, los padres se esforzaron por llevar hasta el Cerro de la Galaxia, cada semana a sus hijos, compartiendo su gusto y cariño por el conocimiento, con el objetivo de hacer una radio inteligente donde los contenidos de calidad hacían pensar, reflexionar y tomar conciencia del cuidado del medio ambiente, así como conocer música diferente a la que se escucha en la radio infantil comercial, lo que resultaba mejor pago para los adultos que cualquier dinero.