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Romer?a al ritmo de ?Yo te vi, yo te vi robando??

Fracasa Pacto de Civilidad de Partidos convocado por empresarios porteños

- Candidatos llegaron con porras a la sede de la Canaco; acabó en recriminaciones contra Manzur - Candidata perredista se negó; “sería como subirse a la comparsa del PRI y el PAN sin protestar” - Ahí también estuvieron Paco Ávila, Carolina Gudiño, Domínguez Gali, Irene Muro y Santa Martínez; Julio Saldaña no fue

Ignacio Carvajal Veracruz, Ver. 21/05/2009

alcalorpolitico.com

Podría decirse que comenzó muy bien. Jorge Domínguez Gali, el primero de los candidatos que arribó a la sede de la Canaco, es el “de casa”, le decían al ex presidente del organismo patronal metido a la contienda política por la bandera de Convergencia.

Más de 14 fueron los aspirantes llamados a la mesa de los empresarios veracruzanos para la firma del “Acuerdo de Buena Voluntad y Respeto”, pero únicamente arribaron 10; sin embargo, el acto no perdía las expectativas de éxito.

Hasta que de un manotazo en la mesa, dos mujeres estallaron contra lo que llamaron una “mera simulación”: Ana Irene Muro Lagunes, del PRD por el distrito XII, y Santa Martínez, de Convergencia, ex panista, que va por el IV de Boca del Río.

“No voy a firmar algo que es una mentira, un mito, un documento que sólo sirve para sacarnos la foto. Hasta el momento las condiciones para la contienda electoral son inequitativas y de poco respeto”, dijo Santa al tiempo que mostraba una docena de fotografías de propaganda de su contendiente del PRI, Salvador Manzur: gráficas de pendones, de mantas, de banderas, que, según dijo, violaban los acuerdos tomados en el Instituto Federal Electoral (IFE).

Además del derroche en recursos, a Santa no le pareció rubricar el documento elaborado por el Consejo Coordinador Empresarial de Veracruz (CEVAC) que sería como subirse a la comparsa del PRI y el PAN sin protestar, mansitos.

A Anselmo Estandía Colón, presidente del CEVAC, principal promotor del cónclave, se le desencajaba el rostro, estaba en medio de una guerra de declaraciones contra los representantes del PRI y el PAN, mientras Óscar Lara, presidente de Canaco, movía la cabeza y hacía gestos para tratar de comprender lo que ocurría.

Llena la boca de Santa de señalamientos contra el PRI, Salvador Manzur Díaz se paró de su lugar, se ciñó la camisa y fue en busca de cámara para contrarrestar a la rival, por supuesto, sin encararle:

“Estoy trabajando, mi gente y yo recorremos todos los días las colonias para oír la gente. No caeré en provocaciones”, repetía una y otra vez, palabras más, palabras menos, a cada pregunta sobre el asunto denunciado en la mesa de donde, se supone, debían salir abrazados y felices.

Nervioso, el aspirante rojo buscaba una salida al asunto sin tropezar con el lenguaje, a un pasito, su compañera del PRI por el distrito XII, Carolina Gudiño Corro, logró escabullirse sin un rasguño.

El saloncito acondicionado para el encuentro de civilidad entre aspirantes a la diputación federal, ya era una sala de debates a la que sólo le faltaba la tribuna para ser un simulacro del Senado o la Cámara de Diputados. Al fin y al cabo, presentes estaban todos los partidos políticos y discutían de manera insustancial sin llegar a un acuerdo, como legisladores de verdad.

Abajo, en las puertas del edificio de la Canaco, sobre la avenida Ignacio Allende, la romería. Francisco Ávila Camberos y Salvador Manzur, respectivamente, arribaron con porras, equipos de sonido, gente joven, de avanzada edad, que a gritos, empujones y albureándose entregaban papeles, pendones y folletos a los automovilistas; y agitanaban grandes banderas azules y rojas, armados con mantas con los rostros maquillados de sus candidatos, bailando al son de canciones compuestas a modo para invitar a votar por aquel o por este, hasta el “yo te vi, yo te vi robando” que tanta incomodad causó, pudo oírse.

Y a pesar de que los candidatos dentro de Canaco hacían el último esfuerzo por firmar el pacto, sus seguidores desquiciaban a los automovilistas que pasaban por Ignacio Allende, que, se notaba, hacían todo a su alcance para no ser alcanzados por las propuestas en papel de los panista y priístas: una mera imagen de lo que podrían convertirse la votación del próximo 5 de julio.