El deterioro que sufre el volcán Pico de Orizaba a causa del clima, erosión y deforestación, podría convertirse en un grave factor de riesgo, no solo para montañistas sino también para comunidades asentadas por arriba de los 2,500 metros sobre el nivel del mar, advirtieron geólogos especialistas de la Universidad Veracruzana.
Y es que a pesar de ser considerado un volcán dormido y no presentar señales visibles de actividad, el Pico de Orizaba o Citlaltépetl, también mantiene un riesgo en esta área y en un futuro podría registrar actividad visible, coincidieron la doctora Katrin Sieron y Edwin Ulices Monfil León, egresado de la Licenciatura en Geografía de la Universidad Veracruzana.
Tras impartir la ponencia “Peligro asociado a un volcán dormido –los lahares secundarios del Pico de Orizaba”, como parte del ciclo de conferencias del Cuerpo Académico (CA) Volcanes, Sismos y Sociedad, del Observatorio Sismológico y Vulcanológico de Veracruz (OSV), se llegó a la conclusión de que existe un riesgo inminente para miles de habitantes y hasta montañistas.
En la plática transmitida por Zoom, se dio a conocer los resultados de algunos estudios realizados al volcán Pico de Orizaba, durante la Licenciatura en Geografía y la Maestría en Gestión de Riesgos y Cambio Climático que se consideran deben ser tomados en cuenta por las instancias del gobierno.
Citan los especialistas que los registros indican que el volcán ha venido enfrentando un severo deterioro en sus glaciares hasta la extinción total de cuatro de ellos. El cambio climático ha hecho su parte y ha puesto en riesgo, la desaparición del último gran glaciar con el aumento de la temperatura.
El paso de climas fríos a calientes en las paredes de la montaña, la pérdida de vegetación, la pérdida de condiciones de humedad y otros factores como las tormentas, generan la erosión, con ello derrumbes y formación de lahares cuando entran en contacto con la lluvia, convirtiéndolo en un fenómeno altamente destructivo y más peligroso que una erupción que se advierte con el estudio de la actividad volcánica.
El lahar puede ocurrir en cualquier momento y devastar comunidades, al ser es un flujo de agua mezclado con sedimento volcánico que desciende a través de las laderas del volcán, por lo cual es más denso y adquiere un poder destructivo mayor, que si fuera únicamente un flujo de agua normal, como el ocurrido el 9 de agosto de 2012.
Éste fue ocasionado por el paso del huracán “Ernesto” en el sur de México, y provocó precipitaciones extraordinarias en la región montañosa de la zona centro de Veracruz.
“Al llevar una carga importante de roca, son altamente destructivos y afectan de muchas maneras la economía de las personas que viven en los alrededores”, señalan.
Cita Edwin Ulises Monfil que los cuerpos rocosos enfrentan diversos procesos ante la presencia de glaciares, nevadas, cambios bruscos de temperatura y oscilaciones en estos ambientes, así como los incendios que han tenido implicaciones en los procesos de erosión del suelo.
La Doctora Katrin Sieron señaló que por arriba de los cuatro mil metros ya no hay vegetación, pues los efectos erosivos son muy marcados y la falta de vegetación en estas zonas, genera una mayor posibilidad de que sufran procesos de remoción en masa.
Otro de los peligros lo representan las altas temperaturas durante el verano, las cuales han ocasionado que el cuerpo del glaciar Jamapa se derrita y añada zonas inestables que generan peligros para las poblaciones ubicadas al fondo del valle.
Es de recordar que los ríos que surgen del volcán son Quetzalapa, Tliapa, Metlac, Orizaba, Chiquito, Tecajete y Paso Buey y en tres de estos se han registrado eventos de "barrancas" que no son otra cosa que lahares, por el arrastre de sedimentos volcánicos hacia la parte baja de las comunidades.