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Sección: Estado de Veracruz

Gracias a la UNESCO, 800 voladores de Papantla ya cuentan con seguro de vida

-Lamentan la extinción del árbol del “sakat” (palo volador) y no los garantizan para próximos eventos

-Los que existen no han querido ser donados por sus propietarios

Lidia L?pez Papantla, Ver. 23/03/2013

alcalorpolitico.com


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Los Voladores de Papantla reciben los primeros beneficios como Patrimonio Cultural de la Humanidad, luego de ser reconocidos por la UNESCO, en la intervención del Gobierno del estado de Veracruz y el impulso de Cumbre Tajín. Son 800 hombres que conforman el Consejo de Voladores y cuentan con seguro de vida, pero también enfrentan la extinción del palo para el ritual de esta danza, el árbol “Tsakat”, que en lengua totonaca significa “travieso”.

Como parte del Centro de las Artes Indígenas (CAI), el maestro y coordinador de la Escuela de Niños Voladores en el parque Temático "Takilhsukut", Cruz Ramírez Vera recuerda la primera edición de este festival, Cumbre Tajín, donde la cantidad de alumnos para este ritual de la cultura totonaca, eran muy pocos.

Mencionó que tras el nombramiento de la UNESCO, brindándole a los Voladores de Papantla proyección internacional, esto ha permitido que incremente el número de niños que toman la vocación por esta danza.

Son cinco grupos de danzantes y acróbatas totonacos que se organizan en el municipio papanteco dentro del Consejo de Voladores, eso ha permitido que en sus hijos descienda la herencia cultural y hoy se forman en la escuela más de 300 niños, generación que los maestros denominan “El Renacimiento”.

En cinco años de conformarse el Consejo de Voladores -explicó Cruz Ramírez- la Escuela de Voladores de Papantla ha traspasado las fronteras, en las entidades de San Luis Potosí y Puebla tienen alumnos que se suman a este Consejo, desde hace cinco años conformados y se dio fe ante Notario Público de las acciones que se han emprendido.

Entre los beneficios que cuentan gracias a la proyección de Cumbre Tajín y la creación del Consejo de Voladores, ha permitido que en cada una de las presentaciones de los Voladores de Papantla en cualquier punto del país y el extranjero se formulen contratos con derechos y obligaciones, entre los cuales destacó que se les garantice cobertura de seguro de vida.

“Ya con contratos, con seguro de vida, cada uno de los voladores que salen, ese es el avance que tenemos. Afortunadamente hemos tocado puertas con otras instituciones, con el Gobierno del estado de Veracruz y con el Ayuntamiento de Papantla, esto con el nombramiento de la UNESCO”.

Precisó sobre el apoyo que reciben, se ofrecen talleres para promover la cultura totonaca, el ritual de los Voladores como arte en otros municipios veracruzanos, esto forma parte del Plan de Salvaguarda.

“¿Cuáles son los compromisos? La gente pensaba que al registrarnos la UNESCO, era un costo de dinero. Nosotros no es costo de dinero, sólo son proyectos en enseñar en las comunidades de cómo se hace el corte, arrastre y entierro del palo volador”.

Reconoció la intervención del Gobierno del estado de Veracruz, no reciben un subsidio pero sí son cubiertos los gastos en viáticos y alimentos, principalmente para los niños voladores, explicó que también se brinda un apoyo para los maestros que en las escuelas de voladores promueven la formación en cada alumno.

El ritual de voladores es considerado de alto riesgo, por ende, los accidentes son probables, pero en práctica han sido mínimos dada la capacitación y entrenamiento que reciben y aplican los danzantes de la cultura totonaca.

Son más de 800 voladores registrados bajo un padrón, dijo Cruz Ramírez, incluidos quienes se encuentran en los estados de San Luis Potosí y Puebla.

De igual manera para los alumnos en las escuelas de voladores, cuentan con el servicio médico en caso de accidentes, con un médico especialista, esto recordó el maestro del CAI que en el 2006 ocurrió la fatal pérdida dentro del Parque Temático, donde el caporal Jesús Arroyo Cerón, de 70 años de edad, se soltó de las cuerdas al descender del palo volador.

“Anteriormente no se tenía, hoy tenemos el seguro de vida o seguro de 'chingadazo' se llama, pero hoy con este reconocimiento lo hemos logrado”.

Los accidentes se han erradicado, aseguró Cruz Ramírez, esto gracias al Consejo de Voladores donde se establecen reglas y compromisos por la integridad de cada uno de los participantes en la danza.

Para esta nueva forma de organizarse y de salvaguardar las tradiciones, queda pendiente integrar a miembros de la cultura totonaca que, con la usanza de danzantes, piden dádivas sólo por mostrar a espectadores que son parte de los Voladores de Papantla.

“Eso es mala imagen para nosotros, tenemos que ser controlados pero poco apoco,

despacio, porque eso es una mala imagen, pero como miembros del Consejo tenemos que hablar seriamente con ellos para saber cómo podemos ayudar y retirar esa imagen de limosnero. Tenemos que trabajar y unirnos con ellos”.

Han sido detectados los danzantes solitarios que interpretan el arte totonaca en las calles de municipios atractivos, desde Papantla, Poza Rica, Tecolutla y el mismo puerto de Veracruz.

En extinción el palo volador

En días recientes, el Consejo de Voladores recibió la donación de dos hectáreas de tierra por parte del Ayuntamiento de Papantla para la plantación del árbol “Tsakat”, que en lengua totonaca significa "travieso", explicó el maestro Cruz Ramírez.

En el plantío existen más de 200 árboles entre uno y siete años de vida, pero para poder utilizarlo en el ritual de Voladores, debe tener 70 años de desarrollo.

“Estos serán para nietos y bisnietos, pero ahora vemos que ya no hay árboles y montes. Hay algunos que están en la edad, que existen pero están escasos y ha costado trabajo conseguir, pero muchos ni siquiera lo venden ni siquiera lo regalan, porque saben que ese árbol es el valor que tienen y no quieren compartirlos con nosotros”.

Entre las justificaciones de quienes sí cuentan entre sus propiedades conun árbol “sakat”, “porque me da sombra, porque lo guardo de recuerdo”.

Dentro de la Escuela de Voladores del CAI, el hombre con la vestimenta varonil totonaca, en la pureza del blanco y los botines elaborados de piel oscura, enfatizó la preocupación del Consejo de Voladores por la extinción del palo volador.

“Lo pedimos regalado porque no es negocio, enseñar a los niños no es negocio. Nosotros estamos compartidos como parte del Consejo en compartir nuestras experiencias”.

En la escasez del palo volador, se estima que en cada cincuenta hectáreas de tierras en la región del Totonacapan solo existe un árbol “travieso”, lamentó que no se garantice que en próximos rituales se realice el cambio de los troncos para el ritual de la Danza de los Voladores, la cual debe llevarse a cabo cada año.

Para el sacrificio del tronco de "Tsakat " debe tener edad de 70 años, con altura aproximada de 30 metros de altura. Posteriormente, los totonacas realizan el arrastre del árbol derribado en medio de una ceremonia que inicia desde las siete de la mañana, bajo la neblina del monte y los inciensos que cubren en aromas y forman el ambiente mágico del arte indígena.