Elizabeth y su pareja han aprovechado estos días de celebración a los muertos para obtener ingresos para su familia.
Ambos se dedican a la limpieza de tumbas y justo en estas fechas es cuando hay más demanda de esta actividad.
Relataron que normalmente se cobra entre 50 y 100 pesos, pero los costos pueden ser hasta más bajos muy muchas familias no quieren pagar lo que cobran por sus servicios.
"Hacemos limpieza, no cuesta mucho, 100 pesos, 50 pesos, se les barre, si hay que lavarles pues se lava, las que abandonan están muy sucias y con el tiempo viene la gente y ya quieren que se limpie", dijo.
Mencionó que incluso hay clientes que pagan servicios semanales y/o mensuales, aunque lamentó que son pocos.
La pandemia, recordó, vino a afectar sus ingresos, sin embargo, no desisten en seguir asistiendo al panteón para poder ganar unos cuantos pesos.
Al igual que ellos, comerciantes de comida, de productos alusivos al día de muertos, vendedores de flores, músicos y taxistas reactivaron su economía con la apertura total y sin restricciones de aforo en los panteones de Coatzacoalcos este 2 de noviembre.
Miles llegaron a los campos santos a ver a sus difuntos en los tres cementerios de la zona urbana, otro en la congregación de Mundo Nuevo y uno más en Villa Allende.
“Es una tradición que no debe de morir, porque es bonito recordar a tus seres queridos, venir a recordarlos a este lugar y darle vida, y la derrama económica que deja para campesinos que siembran flores, es toda una industria y que todos comemos una fracción de este pastel”, aseveró José Salomón, integrante del trío “Aquí y ahora”.
La mitad de los visitantes acudieron con cubrebocas y usando el gel antibacterial, las autoridades pidieron que se siguiera atendiendo el llamado para respetar estas medidas por el coronavirus y evitar contagios.
Los pasillos estaban llenos y los comerciantes que se instalaron tuvieron la oportunidad de vender lo que no pudieron en 2020 y 2021.
“Ahorita gracias a Dios se ha reactivado todo y ya la gente como puede llegar al panteón pasa también a consumir sus alimentos y pasan a ver sus difuntos, con las medidas necesarias, no bajar la guardia, seguimos usando el cubrebocas y seguimos con los antojitos”, mencionó Gonzalo Sánchez, comerciante de la parroquia San Pedro y Pablo.
Tránsito del estado, transporte público, policía municipal y estatal, así como protección civil realizaron recorridos para que todo transcurriera en orden.