Han pasado ya más de 15 años, desde aquel cuatro de octubre de 1999, cuando fuertes lluvias generaron inundaciones, destrucción y muerte en esta región. Todo comenzó con lluvias ordinarias, que no cesaron por días enteros, una lluvia como la que se registró la tarde de este viernes.
Para los habitantes de este municipio, octubre significa luto, tragedia, significa recordar que de la noche a la mañana lo perdieron todo y es que todavía tienen vivo el recuerdo de la tragedia que sufrieron hace quince años, cuando la corriente del agua arrasó con sus casas, animales, sus familiares, incluso con ellos mismos, en el caso de aquellos que sobrevivieron a la furia del agua.
Se trata de un momento que nunca olvidarán y hoy tienen miedo de que vuelva a ocurrir por las constantes lluvias registradas en las últimas semanas. “Cierro los ojos y escucho los gritos de mi familia, los míos, vuelvo a vivir esos momentos de desesperación, teniendo el agua hasta el cuello, aun cuando estábamos agarrados de lo alto de un árbol”, cuenta la señora Camila García, oriunda de la comunidad Cerro Blanco.
La noche del 4 y madrugada del 5 de octubre de 1999, ha sido la más larga de su vida, pues en la oscuridad pasaron horas de terror, al ver el agua entrar a sus casas y arrasar con todo a su paso. Los testimonios de los afectados de aquel entonces, evocan que los ríos empezaron a desbordarse por la tarde y en algunos casos a partir de las 8 o 9 de la noche ya tenían el agua en el interior de sus casas.
En la madrugada del 5 de octubre ya no tenían espacios para dónde hacerse, por lo que buscaron guarecerse en las azoteas de las casas de dos pisos que estaban en las zonas más altas, pero hasta ahí los alcanzó el agua, que les llegó hasta las rodillas.
Un pueblo fantasma
Paulino García Jiménez, habitante de la colonia Unidad y Trabajo de este municipio, es uno de los sobrevivientes de la comunidad San Antonio Coronado, en el municipio de Gutiérrez Zamora, luego de 15 años, aún no logra recuperarse de aquel fenómeno que lo dejó sin nada y lo obligó a cambiar de residencia.
Entrevistado por el hecho, recuerda que la comunidad que ahora la llaman “el pueblo fantasma”, porque sólo unos cuantos viven ahí, el resto fueron reubicados, esto tras vivir algo que fue peor que una pesadilla, pues las horas de angustia nunca las van a poder olvidar y menos cuando se anuncian fuertes lluvias para este fin de semana.
A quince años distancia, aún se tiene en mente la devastadora furia de la naturaleza que provocó las peores inundaciones, mismas que causaron pérdidas de vidas humanas e incalculables afectaciones al patrimonio de miles de familias del Totonacapan, así como daños a cultivos, a la ganadería y a las vías de comunicación.
Municipios incomunicados
Papantla, Tecolutla, Gutiérrez Zamora, Nautla, Tihuatlán, Álamo, Poza Rica, entre otros municipios, quedaron incomunicados. Ahí sus miles de habitantes estaban desconcertados, más quienes a través de escenas de la televisión y la prensa se daban cuenta que la situación era una emergencia nacional, por lo que requerían la ayuda y solidaridad no sólo de los veracruzanos, sino de todos los mexicanos.
Fue hasta el día ocho de octubre cuando la ayuda comenzó a llegar junto con el respaldo y apoyo de los tres niveles de gobierno, de cuerpos de seguridad, Protección Civil, Ejército Mexicano, Marina Armada de México y sin duda alguna de cientos de voluntarios. Sin embargo, a la tragedia se unió la escasez de alimentos y agua potable.
Lluvias que recuerdan la tragedia
Aunque ha pasado más de una década, aún hay daños que no han sido reparados, familias que se quedaron sin sus viviendas, sin sus seres queridos, sin vehículos, propiedades, parcelas, entre muchos otros bienes que el agua se llevó y jamás regresó, ni regresará, lo único que les queda es el miedo, pues las lluvias anunciadas para este fin de semana podrían causar afectaciones a esta zona.