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Sección: V?a Correo Electr?nico

Habla del Carnaval de Coyolillo e invita a los que gusten de la fiesta a visitar la comunidad

Recuerda las raíces afroamericanas de su gente y describe sus deliciosos platillos y variadas tradiciones

Armando Freddy Bautista Alonso 14/02/2013

alcalorpolitico.com


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Coyolillo, carnaval y tradiciones

Hoy como cada año, Coyolillo se viste de colorido al celebrar su ya famoso carnaval.

La población, ubicada aproximadamente a 38 kilómetros de capital del estado, sobre la carretera Xalapa-Actopan, antes de llegar a Trapiche del Rosario (se toma la desviación a la comunidad, de no más de un kilómetro pavimentado con cemento hidráulico), es una pequeña congregación del municipio de Actopan, cuyo nombre tiene que ver con la existencia de palmas de coyol real que actualmente ya desaparecieron.

La localidad es siempre amigable y se cree que las raíces de sus habitantes provienen de los cautivos de origen africano traídos para laborar en la hacienda de Almolonga como esclavos y después como asalariados, sin que esto mejorara sus condiciones laborales, pues siempre fueron explotados. Las características físicas de los pobladores nos dan una idea de sus ancestros, principalmente de los pueblos del norte de África, quienes por su habilidad para el trabajo en algunas regiones del nuevo mundo sustituyeron a la mano de obra indígena, la cual por esa época fue casi exterminada.

Una de las razones por la que los pobladores de Coyolillo aún conservan sus características físicas es en parte al rechazo social de gente de las comunidades vecinas, de tez blanca, rubias y de ojos claros, de origen europeo; además, las autoridades coloniales los mantuvieron segregados.

Es en esta pequeña comunidad del municipio de Actopan donde tiene lugar uno de los más importantes carnavales del estado de Veracruz, la afluencia de gente de los alrededores y otras partes del estado, e incluso del extranjero, así como la presencia de diferentes medios impresos y televisivos que cubren el evento, es lo que en parte ha motivado al ayuntamiento de Actopan y al gobierno estatal a promover esta fiesta de la carne.

El pueblo lucha por conservar sus tradiciones ancestrales mezcladas con otras actividades, como es la elaboración del chile más grande del mundo, en la que participa gran parte de la comunidad coyoleña.

El carnaval tiene características muy propias de esta comunidad, pues mientras en otras entidades o localidades se reduce en comparsas formadas por grupos artísticos, personajes de la farándula, bailarines vestidos con el mismo estilo, costosos carros alegóricos y un sinfín de bandas musicales, en Coyolillo se da sin grandes gastos en adornos para los carros alegóricos, grupos musicales o ingeniosos disfraces; aquí la enorme alegría de su habitantes, el ritmo y la gente especial contagian e invitan a participar con ellos en el desfile que inicia en el parque y, a medida que avanza, es común que tanto los lugareños como visitantes se sumen a la algarabía con ese ritmo que imprimen a sus movimientos. Lo que menos importa es el desplazarse por las calles (algunas sin pavimento y poco favorables para esta actividad, pues parte de ellas están revestidas de piedra caliza), lo primordial es formar parte de esta festividad.

Ingrediente importante la celebración son los negros o los disfrazados, cuyo traje consiste en un ropón de retazos multicolores que llaman vestido, ataviados con una capa larga con flecos de la misma tela, un gorro elaborado con flores de papel y, como componente principal, una máscara de madera que simula el rostro de un animal; puede ser un venado, toro o carnero o cualquier otro que sea cornudo.

Máscaras y caretas de representaciones inimaginables, todas ellas producto de la fantasía, imaginación y creatividad del coyoleño; capas multicolores y tocados portados por niños y adultos afromestizos recorrieron ayer las polvosas calles de Coyolillo con un sol esplendoroso para celebrar su ya tan afamado carnaval, como lo han venido haciendo año tras año sus ancestros.

A diferencia de otros carnavales, donde se habla mucho de la derrama económica que dejan este tipo de eventos, en Coyollillo sólo lo perciben modestamente las tiendas de abarrotes y los vendedores foráneos que integran los mercados ambulantes, pues el turismo, que es considerable dado el día de asueto y la acción mediática en torno a esta festividad, se hace presente en grandes cantidades y se sorprenden de que los lugareños inviten a comer a todos los visitantes, hecho que no es propio de otras comunidades en festejos similares. Aquí es parte de la festividad compartir con los visitantes la comida, rica en olores y sabores, elaborada en modestas cocinas o fogones al aire libre, que es donde se sazonan ricos chiles rellenos con carne de cerdo o pollo, albóndigas, patas de cerdo capeadas, frijoles refritos, tortillas hechas a mano, arroz, pozole con totopos y, como “bajadera”, unos tragos de aguardiente, cerveza o refresco; otro de los platillos tradicionales que se ofrecen son la torta de plátano, camote y calabaza.

Para Federico López Alegría, quien representa un caso exitoso de la gente que emigra hacia los Estados Unidos y logra cambiar su vida con los dólares del “otro lado”, para poder compartir los variados platillos ahorró peso a pesito, para que, en el momento en que llegó la festividad no sintiera tanto el gasto, “pues mientras más gente venga a comer a la casa, mejor se pone el carnaval”.

La población está ligada a las actividades agrícolas de autoconsumo, como son la cosecha de frijol, maíz, mango y una que otra pequeña parcela con caña de azúcar. Pero la mayoría de los habitantes de esta comunidad trabajan como asalariados en el corte de jitomate en las poblaciones aledañas, deshojando plantas de chayote en los cultivos regionales.

Por todo lo que pueda encontrar y conocer, vale la pena visitar esta comunidad y participar de su carnaval para disfrutar de la hospitalidad de su gente y de su ricos y variados platillos.