Hasta las monjas abortan, sentenció Fernanda Medina, integrante del colectivo
Aquelarre, al defender los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, previo a la discusión de la reforma al artículo 4º de la Constitución veracruzana.
“Eso se sabe muy bien por estudios, que en los conventos hay hasta cementerios”, dijo tras manifestar que se encuentran en contra de esta reforma que atenta los derechos de las mujeres.
“Estamos en contra de que sigan decidiendo por el cuerpo de las mujeres, de que los intereses religiosos se manifiesten en el Congreso del Estado, que supuestamente es Laico”, anotó.
Dijo que esta reforma que pretende decidir el derecho a la vida, lo que debería hacer es debatir el derecho de la mujer de decidir de sus cuerpos, acotó, tras enfatizar que abortar es una decisión responsable porque da la oportunidad de garantizar una vida digna, que haya mejores oportunidades para las mujeres y sus familias.
En caso de que apruebe la iniciativa a favor de vida, sólo se redundará en que se registren más muertes maternas, porque las mujeres tendrán como única opción practicarse abortos clandestinos.
“Se legisle a favor de la vida, las mujeres van a seguir abortando y si las tasas de mortalidad eran altas, ahora serán mayores; las mujeres vamos a morir más de manera clandestina”, alertó.
En voz de la Red Veracruzana por el Derecho de Decidir, manifestó que el aborto es un problema social, de salud pública y de derechos humanos de las mujeres que el estado laico debe garantizar sin restricciones, no guiado por principios religiosos, “porque la autonomía sobre nuestro cuerpo es lo que nos da la posibilidad de gozar de plena ciudadanía”.
Manifestó que el Estado debe garantizar más bien que los veracruzanos reciban una eficiente educación sexual, “se debe tener acceso a métodos anticonceptivos, conocimiento del derecho que tiene de ejercer una sexualidad por placer pero responsable”.
Reiteró que a lo largo de la historia siempre se han realizado la suspensión de los embarazos, pero ahora se darán más muertes, por abortos mal practicados.
“Si las iglesias y las personas se preocupan por las mujeres, mejor que salgan a las calles a defender que no nos violen, que no nos decapiten, que promuevan la emisión de la alerta de violencia de género”, manifestó.