Quiero recordarles algunas cosas, síganme, por favor.
Tenía 12 años de ordenado sacerdote cuando iniciamos el proyecto de la Nueva Diócesis de Córdoba, pasé un año como Ecónomo Diocesano de la nueva Diócesis, después de mi año sabático me desempeñé 2 años como párroco de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Córdoba.
En esos años el Obispo Patiño tuvo la oportunidad de conocerme y de saber la calidad y responsabilidad con la que me desempeñé en todas las tareas que se me confiaron y nunca recibió quejas de ninguna clase; durante el último año le informé algunas veces lo que trabajaba en Alberione, le confié que hice un proceso de integración de afectos, sentimientos y celibato sacerdotal para no perder el equilibrio y que sin embargo sigo experimentando gusto y atracción hacia algunas damas que son un reto a superar, pero que he podido manejar la situación sin perder la cordura, y aunque no ha sido fácil, he sido responsable y prudente en el cuidado del celibato sacerdotal, porque las actividades parroquiales me mantienen ocupado y concentrado en lo que debo vivir, además de muchos otros logros obtenidos en Alberione.
Síganme, por favor… Cuando acusaron al P. Margarito Flores y a la Secretaria parroquial de mantener relaciones maritales y de haberlos visto revolcándose en la recámara del P. Margarito (Carta que el sacristán escribió ante usted y el Obispo bajo promesa y juramento ante ustedes y tocando la Sagrada Biblia) el Obispo habló menos de dos horas con la amante del P. Margarito y la conclusión es que yo tengo crisis de identidad sexual, que sufro una crisis e inestabilidad vocacional, que tengo crisis de identidad sacerdotal, que no atiendo responsablemente la parroquia, que ando agarrándole las piernas a una señorita a quien la secretaria envidia por mi amistad con ella y que invento falsas enfermedades para justificar mi irresponsabilidad.
Eso escribió el Obispo al personal de Alberione (Carta del Obispo con fecha 28 de enero 2006) y de esa manera desvía las acusaciones contra El P. Margarito y la entonces secretaria parroquial, enfocándose con toda su furia para difamarme, insultarme, amenazarme, obligarme a arrodillarme ante él para prometerle obediencia y respeto; lo hice, puse mis manos entre sus manos y me dijo: “… Que te lleve tu puta madre” e inmediatamente se puso a llorar… al día siguiente renuncié a la parroquia, no puedo permitir que un Obispo atente contra mi dignidad y se burle de mi nobleza y humildad de esa manera, y por eso me retira las licencias ministeriales, me retira todos los apoyos que la Iglesia ofrece a los sacerdotes en conflicto y que los documentos oficiales acerca de la misión de los Obispos exponen con sobrada claridad.
Miserable de mi porque lo que le confié al Obispo sobre mis métodos para vivir el celibato y con la ayuda de las mentiras de una amante del P. Margarito concluye que prefiere confiar en la mujer con la que el P.
Margarito se sigue revolcando ahora en la Colonia Manuel González, con quien habló menos de dos horas para construir una difamación en mi contra y proteger esa incongruente relación marital.
Yo fui insultado y amenazado, humillado y, como para que sepan quién manda, me retira las licencias ministeriales y al otro sacerdote lo premia nombrándolo párroco mientras que a mi continúa difamándome hasta hoy…. Cómo quiere ese Obispo perverso y bicho repugnante que confíe en él y que lo respete, es un animal despreciable que está usando la información que le confié para distorsionarla y con ella intentar destruirme.
Considero que su conducta es descomunalmente sacrílega por difamar, insultar e intentar destruir a los sacerdotes… la evidente forma perversa como manipula la información lo hace merecer el desprecio que le damos a las víboras. No es digno de confianza, en su modo de proceder se ve que disfruta siendo perversamente traicionero.
Al decirme “Que te lleve tu puta madre”, después de prometerle obediencia y respeto, es claro que no acepta mi promesa y nunca más tendrá ni mi respeto ni mi obediencia, es un sacrílego que corrompe los dones y virtudes con lo que he vivido el don del sacerdocio y no dudo que si no valora esos dones es porque no los merece… en la parábola el rey le quitó la moneda al siervo inútil que no la supo valorar y se la dio al que tenía más. Esto pienso del Obispo:
Y por si fuera poco eso de ponerte a llorar pone en evidencia que eres un MARICA que con tal de no asumir tu responsabilidad te refugias en conductas infantiles para evidenciar tu ineptitud como Obispo… eres una verdadera desgracia existencial y pediré a Dios que te perdone, aunque no lo haga de corazón, sino porque debo orar por los pecadores y no para que te mueras, sino para que vivas muchos años, de modo que tengas tiempo de reparar los daños que me has ocasionado, me restituyas mis derechos y pidas perdón por intentar destruir mi buena fama.
De alguna manera tendrás que evitar la deshonra en la que has puesto el valor del sacerdocio en mi para que ya no más gente se burle de mi o me griten en las calles “Padre Amaro “, “Cura puto” “Fracasado” “Ya no eres nadie” y otras ofensas que han surgido por culpa de tu desgraciada prepotencia con la que te sentiste muy valiente para retirarme las licencias ministeriales, burlarte de mí, dañar mi dignidad, insultar la buena fama de mi madre y por negarme el derecho a una vida digna, congrua y solvente que me ofrece la Iglesia.
No soy tu esclavo ni tu títere SOY SACERDOTE de la Iglesia… tú no eres la Iglesia, debiste vivir lo que te confiaron y para que lo sepas nunca seré adulador de tu mediocre existencia y no le tengo miedo a tu asquerosa prepotencia.
Actualmente uso mierda de caballo y borrego como abono para las matas de chayote, pongo ese producto con las manos que me fueron ungidas para bendecir y consagrar; la mierda huele mal, pero hace que las plantas se nutran y produzcan mucho fruto que vendo en el mercado y, aunque pobremente, vivo con dignidad… Puse mi confianza y mis manos en la gran mierda que eres tu como Obispo y coseché difamación, amenazas e inauditos insultos en boca de un Obispo, qué estúpido eres, eso te pone en evidencia como la peor mierda que existe, eres una mierda cáustica y corrosiva con una mitra que no has sabido valorar ni respetar, no te la mereces y créeme que esa mitra nunca te quitará la imagen de bicho repugnante que te has construido por tu mediocre actitud… yo exijo y reclamo que, si algo queda en ti de cordura y racionalidad, si tienes ética y queda en ti algo de virilidad, repares todos los daños que has perpetrado y motivado en mi contra, que respetes mi dignidad, yo seré indiferente ante lo que se te pegue la gana ser y presumir; que pidas perdón por tus estupideces y restituyas mis derechos personales y sacerdotales.
Y de los sacerdotes a los que yo he mencionado… es sólo un catálogo de quienes necesitan ayuda y tu sólo has premiado por sus conductas equivocadas, debería darte vergüenza porque eres incapaz de ayudarlos, sólo los dejas que se pierdan en los conflictos que no han podido resolver. Da vergüenza constatar cómo desprecias el don del sacerdocio y como desperdicias recursos y tiempo que podría elevar la calidad de vida de los sacerdotes de nuestra Diócesis.
Es tan triste constatar que no des al ancho para vivir lo que te encomendaron y lo que esperábamos… como deprimente es constatar que lo ancho en ti es de mierda que ya invadió el espacio donde debería de haber un poco de cerebro. Acepta que Alberione te ayude a recuperar la salud y la cordura… te lo digo porque viví el proceso y lo agradeceré toda la vida.
P. Pablo Hernández Mojica.
Marzo 2009.