Inauguran “La vida en cuadritos”, primera muestra del cómic mexicano, en Mérida

Francisco Gerardo Haghenbeck y Bernardo Fernández “Bef”, son los curadores de la exposición "La vida en cuadritos", muestra con las obras más representativas de las historietas nacionales, se inaugura este domingo en el interior del Centro de Convenciones Siglo XXI, de esta capital yucateca.

La muestra es un auténtico rescate del arte de la narrativa gráfica, expuesto a partir de este domingo y hasta el 20 de marzo en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY).

“Nuestra intención fue abarcar todo, que se viera el proceso histórico del cómic mexicano, desde su nacimiento, hasta los productos digitales de hoy en día, aunque desde luego, no son todos los que están, y no están todos los que son”, mencionó Haghenbeck, al señalar la magnitud del repertorio de las historietas mexicanas y el gran esfuerzo que implicaría abarcarlo en su totalidad. En su lugar, los curadores decidieron enfocarse en los grandes personajes, en las figuras icónicas que desde sus orígenes en el papel, han caminado de la mano con la cultura popular mexicana.



Desde revistas, dibujos, periódicos, hasta óleos y esculturas de personajes, “La Vida en Cuadritos” trae de vuelta a símbolos como Kalimán, Chanoc, Memín Pinguín, el Santos, Rabioso y autores que dejaron huella de Abel Quesada, Sixto Valencia, Jis y Trino, Eduardo Humberto del Río Garía “Rius” y Rafael Barajas “El Fisgón”.

La recaudación, selección y curación de las piezas se extendió a lo largo de seis meses y a pesar de que el proceso no fue nada fácil, Haghenbeck dio con dos coleccionistas privados, quienes facilitaron la marcha y el desarrollo de lo que eventualmente se convertiría en la exposición: Rafael Barajas “El Fisgón”, caricaturista del periódico mexicano “La Jornada” y Luis Gantús, heredero de la colección de Sixto Valencia.

“La Vida en Cuadritos” no sólo pretende servir como un recorrido histórico del cómic mexicano, sino también evocar en su público sentimientos puntuales: “hemos encontrado que la gente mayor se acerca a la exhibición y recuerdan su infancia, las imágenes con las que crecieron”, recalca Haghenbeck, “y por otro lado, para los jóvenes representa el aprendizaje la y sorpresa de encontrarse con personajes de los que sólo habían escuchado hablar”. Y mientras que la nostalgia y los recuerdos juegan un papel fundamental dentro de las paredes de la exposición, Haghenbeck enfatiza la importancia del reencuentro con la lectura y de que las audiencias, independientemente de su edad, puedan acercarse a los cómics y encontrar en ellos el valor que les corresponde como un medio artístico y cultural legítimo.