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Sección: Estado de Veracruz

La aventura de Alba Luz, hondureña que está de paso por Xalapa

Su objetivo es claro: llegar a Estados Unidos y mejorar su nivel de vida y el de su familia

Miguel ?ngel G?mez Ruiz Xalapa, Ver. 05/01/2016

alcalorpolitico.com

Alba Luz recién cumplió 30 años. Esta vez no hubo pastel, ni regalos, ni una carta. Ni siquiera sabe el manejo de una computadora como para elaborar una cuenta de Facebook o Twitter. Por lo menos de parte de su familia no pudo recibir una felicitación.

Ella no puede hacer eso porque lo que más le urge es ganarse unos pesos para sobrevivir. De momentos sus planes están detenidos debido a que después de cuatro meses se le acabó el dinero para continuar su viaje hacia la frontera de nuestro país con Estados Unidos.

Es una mujer que mide 1.60 metros, morena y atractiva, pero que no tiene pensado en ningún momento ceder y meterse a una cantina a prostituirse –como se lo han ofrecido decenas de veces-, sino que busca llegar a Estados Unidos para encontrar algún trabajo que le permita ganar dólares para enviar a Tegucigalpa y mantener a su madre, dos sobrinas que se quedaron sin mamá y un hijo de 11 años, Erwin.



De sobrada timidez y con ropa obsequiada por personas de buen corazón, Alba Luz comenta que cruzó la frontera hace varios meses y su transitar por el país no ha sido tan malo, pues ha recibido el apoyo de varias familias en el camino.

Recuerda que cuando cruzó por Las Choapas, su color de piel, morena, pasó inadvertido para policías y hasta para uno que otro trabajador de Migración, pues las personas que le protegieron eran muy alegres y montaron casi un teatro para que no tuviera problemas.

A ellos les está muy agradecida, pues la apoyaron con recursos para llegar hasta Xalapa. Sin embargo, el dinero se le acabó.



En varias ocasiones, reconoce, subió a camiones del servicio urbano para solicitar unas monedas para juntar dinero y volver a su país. Sin embargo, pudo más su voluntad e hizo el plan para que de aquí a mayo tenga suficiente dinero para viajar en autobús hacia el norte del país.

De sus compañeros de aventura al entrar al país ya no sabe nada, pues algunos se quedaron en Tuxtla Gutiérrez, con la idea de volver a Honduras, pero ella asegura que tuvo la fuerza suficiente para seguir adelante.

En Xalapa encontró a una familia que desde el primer momento le brindó confianza y apoyo económico y hasta un cuarto le ofrecieron.



Alba Luz de cuando en cuando va y saluda a compatriotas que se ubican en un crucero de Circuito Presidentes. Ya conoce parte de la capital aunque asegura que es una ciudad peligrosa, pues ha presenciado dos asaltos, pero nunca le ha ocurrido nada.

Tampoco teme a las autoridades de Migración, pues la presencia del personal de la dependencia federal se concentra mayormente en el sur del estado.

De momento trabaja con la familia que le brindó auxilio y gana mil pesos a la semana de los cuales se desprende de la mitad para enviarlo a su país y el resto lo guarda para juntar para su pasaje hacia el norte, pues la aventura debe continuar.



Alba Luz lamenta que en México se comercie con facilidad a las mujeres centroamericanas y peor aún, con la anuencia de las autoridades, pues en su estancia en el sur del país pudo confirmar que había cantinas en donde se prostituía a guatemaltecas y hondureñas.

Aunque fue tentada por el hecho de que llegó a estar hasta cuatro días sin comer, nunca cedió a ninguna propuesta, pues su objetivo es claro: llegar a Estados Unidos y encontrar un trabajo digno, aunque está consciente que ya iniciaron deportaciones masivas de indocumentados en aquél país.

La hondureña casi no tiene pertenencias, si acaso la ropa que lleva puesta y una o dos mudas, pero está dispuesta a dejar todo con tal de cumplir con su sueño de mejorar su nivel de vida y por ende, el de su familia.