La corrupción y la negligencia más fuertes que el Sistema de Justicia en Veracruz

LA JUEZ CIBERNÉTICA

Soy Silvia Yazmín Blanco del Angel y por la decisión totalmente ilegal de la entonces Juez Mixto de Primera Instancia de Ozuluama Veracruz, de nombre Tomasa Delgado Serna, mi hija de cuatro años de edad fue depositada con su abuela paterna Ana Bertha Mellado Santiago.

El padre de mi hija, Oswaldo Salvador Mellado, mediante un escrito sin pruebas y sin dar justificación alguna, el 23 de agosto de 2010 solicitó el depósito a la Juez mencionada, argumentando falsamente que mi hija se la había entregado mi madre y que por esa razón y porque, supuestamente ,no se había inscrito en el kinder él solicitaba el depósito. Por el contrario, se demostró puntualmente que el promovente no tenía la razón e incluso dejé claro que mi hija había estado junto a la suscrita desde que nació.

Una vez que tenía concertada con la Juez la fecha para realizar la diligencia de depósito, el 25 de agosto por la tarde del año pasado, el padre de mi hija irrumpió el hogar de mis padres (lugar donde mi nena y yo vivíamos desde que tuve que salir huyendo de la casa de mi suegra.) y sustrajo violentamente a mi hija, a pesar de la resistencia de ésta y de mi madre, ilícito que presenciaron varias personas. Inmediatamente nos dirigimos al Ministerio Público Municipal de Naranjos Veracruz y me dijeron que debía dirigir la denuncia a la Agencia Especializada en Panuco Veracruz, sin querer siquiera escuchar ni realizar ninguna diligencia.

Posteriormente acudí a la Policía Preventiva, los cuales hicieron unos rondines por la ciudad; pero no encontraron nada. Al día siguiente me dirigí a Pánuco, que está a tres horas y media de distancia, y mientras yo interponía la denuncia por sustracción de menores, la Juez Tomasa Delgado Serna realizó el depósito de mi hija (en Naranjos), dejando como depositaria a la C. Ana Bertha Mellado Santiago. En esa diligencia la Juez expuso claramente que mi niña estaba, sana y en buenas condiciones de higiene, tranquila y adaptada muy bien al lugar.

A pesar de que notoriamente no se cumplen con los requisitos para que proceda el depósito, porque no había una necesidad de la medida -grave peligro-, como se estipula en el artículo 160 del Código de Procedimientos Civiles y 156, fracción VI del Código Civil, lo decretó procedente. En contra del mencionado depósito interpuse el recurso de reclamación y ofrecí las pruebas conducentes para demostrar la ilegalidad del acto, el cual se dejó a vista de la parte contraria y violando el principio de litis cerrada, la Juez aceptó pruebas “nuevas”, e inmediatamente turnó para resolver, confirmando el depósito porque según mi hija había sido maltratada, que estaba sucia, que tenía piojos, sarna y depresión, contradiciendo vilmente su fe pública.

Ante tal resolución que confirmaba el depósito interpuse el Juicio de Amparo radicándose el juicio 597/2010 en el Juzgado Octavo de Distrito en Tuxpan Veracruz, en donde el 3 de noviembre de 2010 se me concedió la suspensión definitiva del acto reclamado con efectos restitutorios, para que inmediatamente la Juez de Ozuluama, con ayuda de todos los medios de apremio que establece la ley procesal civil veracruzana, me restituyera a mi hija. Sin embargo, a pesar de que se hicieron cuatro cateos y a pesar de que a mi hija se veía en los domicilios que se iban a catear, nunca se le pudo encontrar, ya que minutos antes de que llegara la policía, la depositaria “adivinaba y movía a mi niña otro lugar”, y lo peor era que el padre de mi niña que se encontraba en el primer domicilio cateado, profería sarcásticamente la lista de los domicilios que se iban a catear, dejando claro que ya le habían avisado de que se harían los cateos, situación que rotundamente el Secretario del Juzgado Saúl Ramírez Huerta se negó a certificar.

Mi asunto y el de mi pequeña ha estado colmado de injusticias y de incongruencias, a la fecha, a pesar de que está vigente la suspensión definitiva y que ya fue revocado el depósito por mandato Federal, el Poder Judicial ni Federal ni Estatal, no han podido restituirme a mi hija, y las personas que ilegalmente la tienen andan muy campantes por la calle. Vivo en Naranjos, Veracruz y he ido nueve veces a Pánuco (tres horas y media de camino), Sesenta y tres a Tuxpan (dos horas), treinta a Ozuluama (cincuenta minutos), Cinco a Xalapa (ocho horas), en donde se suman miles de kilómetros recorridos para alcanzar la justicia, he interpuesto cuatro denuncias ante el Ministerio Público, una queja y una denuncia pública ante el Consejo de la Judicatura del Estado; una contestación de demanda, un juicio de amparo y seis recursos dentro del amparo y seguiré luchando hasta recuperar a mi hija.

Quiero puntualizar que la desfachatez de la Juez Tomasa Delgado Serna no tuvo precedentes cuando en un intento soslayar su deficiencia, argumentó en un informe al Juez de Distrito, que mi niña no la había podido restituir por falta de interés de la suscrita Silvia Yazmín Blanco del Angel y que ella lo demostraba con las notificaciones que había hecho a mi celular, en donde me citaba a hacer unas diligencias y que según yo no había llegado a la cita. La Juez, rompiendo todo esquema de negligencia, hizo efectivas notificaciones por celular, las cuales nunca existieron (obviamente porque si así hubiera sido, yo habría estado presente), pero ¿cómo es posible que haya funcionarios con tanto poder y con tanta ignorancia?, pues la susodicha se inventó las formas de notificar que claro está, no se encuentran legisladas y por ende son ilegales, anticonstitucionales, son inexistentes, tal vez, el capítulo que establece el Código Procesal relativo a “las notificaciones” no estuvo en su “examen” para poder ser Juez de Primera Instancia para el servicio de los veracruzanos, pero eso sí que ha afectado la justicia. Si les llama la atención este artículo estoy dispuesta a darles personalidad en todos los asuntos que se han radicado al respecto y así, puedan cerciorarse de que no miento y que la Juez ha ocupado la tecnología de punta para cometer las peores ilegalidades.

Quiero hacer patente que no es posible que se hagan notificaciones por celular y mucho menos para tratar de justificar el cumplimiento de una ejecutoria federal en donde una niña, ahora ya de cinco años, está cruelmente alejada de su madre y el poder del Estado ha sido demasiado débil ante la corrupción y la negligencia, por ello, pido ayuda para recuperar a mi hija antes de que puedan enredar o empantanar más mi asunto y también doy a conocer este hecho que debe ser del dominio de los veracruzanos y sobre todo de los municipios que conforman el Distrito Judicial de Chicontepec, Ver, porque ahora es en aquel lugar a donde movieron a la Juez cibernética.


Nota de la Redacción:
Envía nueve copias de documentos; sólo se publica uno como Muestra