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Sección: V?a Correo Electr?nico

La crisis de la institucionalidad electoral en México

Eduardo de la Torre Jaramillo Xalapa, Ver. 16/03/2018

alcalorpolitico.com

En los casi 27 años del órgano electoral nacional, nunca se había manifestado una crisis de legalidad, legitimidad, eficacia, eficiencia, y sobre todo de arbitraje a lo largo de un proceso electoral federal; desde la nostálgica presidencia de José Woldenberg, hasta la medianía de Luis Carlos Ugalde y Leonardo Zurita Valdés nunca violentaron la legalidad como el actual consejo general del INE; analicemos los tres hechos más significativos: a) la permisibilidad de hacer precampaña de los candidatos únicos a la presidencia de la república (en la elección federal de 2012, se les prohibió); y b) en el conteo de votos el día de la elección, violando la certidumbre del voto al pretender abrir las urnas electorales, así como también proporcionar a través de un cuadernillo el resultado electoral; c) la prohibición de los debates entre los aspirantes a candidatos en la fase de intercampaña, con lo cual contribuyen a consolidar la spotización de la política mexicana. Indudablemente que este consejo general introdujo un nuevo principio electoral que es el de: máxima incertidumbre electoral.

Las constantes pifias y errores jurídicos abren un escenario ante el TEPJF de anular la elección presidencial, ésta como agudización de la crisis institucional, esto en el caso de que continúen con los graves errores que han cometido hasta este momento, esto con la complacencia de los 32 consejos generales locales, cuyas características se observan en ser insulsos y altamente mediocres, en donde la mayoría de los consejeros electorales son incapaces de sostener un debate público sobre la calidad de un proceso electoral altamente complejo como el que vivirá México el próximo 1 de julio.

Si a lo anterior le agregamos que las diversas etapas del proceso electoral, al menos dos resultan inoperantes y disfuncionales, como son las precampañas y la intercampaña, porque son una campaña electoral continuada por otros medios, si a lo anterior le sumamos que la forma de hacer campaña electoral en el país data del siglo XIX, vamos por partes: a) tener un periodo de reflexión de 3 días previos a la elección (cuando en cualquier país europeo se suspende la campaña un día antes de la elección; excepto en Alemania, Reino Unido, Suecia y EU que no existe); b) imponer una ley seca, que lo único que garantiza son las mayores ventas de alcohol

en el año por motivo de un proceso electoral (en EU y en la mayoría de Europa Occidental se puede ingerir alcohol un día antes y hasta el mismo día de la elección, pero en el país, los resultados electorales parecen como si la mayoría hubiera votado bajo los efectos del alcohol); c) seguimos votando en las miles de casillas (156 mil, aproximadamente) que se instalan, las cuales generan un altísimo costo, cuando se pueden implementar centros de votación y a su vez implementar el voto electrónico, en lugar de gastar demasiado dinero con el voto en el extranjero, el cual de por si es un fracaso, puesto que al menos en Estados Unidos son más de 12 millones de mexicanos que viven allá, a los cuales les incrementamos los de la doble nacionalidad que podrían alcanzar los 20 millones, de todos estos el 97% vive en el país vecino del norte; basta recordar que en el año 2006 se implementó ese votó en el extranjero y sólo lo hicieron 32 mil, hacia el año 2012 sólo votaron 40 mil mexicanos, éstos bien podrían votar vía correo (hay que implementar este tipo de voto), o bien se podría modernizar el sistema de votación en el país, a través del voto digital; d) la próxima reforma electoral después de la elección federal tendrá que plantear la desaparición de los OPLE’s, porque no resolvieron el principal problema político: su dependencia de los gobernadores en turno, ya que los presupuestos son aprobados por los dueños de los congresos locales, que son los gobernadores; en fin, la lista es sumamente larga.

El actual INE dejó de ser el árbitro de la contienda para darle paso al TEPJF quien paradójicamente que en su mayoría los magistrados electorales fueron puestos por el PRI, son los que están velando por la legalidad electoral en el país que ha sido quebrantada durante estos meses que lleva el proceso electoral, por parte del INE; se podría advertir una confrontación institucional entre el órgano administrativo y jurisdiccional electoral, lo que deja paradójicamente en esa “máxima incertidumbre electoral” en el país.

Empero, el INE no ha sido el único responsable de este escenario de crisis institucional, los partidos políticos han jugado un rol preponderante en esta crisis, ya que por más que se modifiquen las leyes electorales, las costumbres de los partidos políticos y sus dirigentes no cambian, continúan violentando la propia ley electoral, por lo tanto, los propios partidos políticos que impulsan una cultura de la ilegalidad electoral a través de sus candidatos, son quienes también han creado este clima de desinstitucionalización electoral, y los pocos controles internos del INE, como son: la fiscalización, el contencioso electoral se comportan como órganos autónomos al propio INE, además es vergonzoso en la institución electoral que promueva la equidad de género sea una institución con un alto porcentaje de acoso sexual (499 quejas de 2014 a 2017), que para los xalapeños es una afrenta que tanto un alto directivo, como un consejero sean señalados por esas prácticas y no fueron sancionados por ese órgano electoral, vaya paradoja que se practique la simulación, tal y como se comporta ese consejo general con la democracia mexicana.



Finalmente, para el circo democrático en el que ya estamos viviendo, en donde los domadores, las bestias y demás integrantes de la zoodemocracia mexicana, para el próximo 1 de julio jamás se podrá vivir una fiesta cívica, sino el advenimiento de la muerte de la democracia en el país, la cual le dará paso a la regresión autoritaria que ya está en puerta. Quizá esa sea la forma posmoderna de cumplir los 50 años de aquel parteaguas del ya mítico 2 de octubre de 1968. Porque gane quien gane, será un juego de suma cero para la vida pública de México. Todos perderemos…