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Sección: V?a Correo Electr?nico

Espacio ciudadano

La cucaracha y la marihuana

Jorge E. Lara de la Fraga. 24/11/2015

alcalorpolitico.com

“La marihuana es una sustancia que puede generar adicción y daños… el 60 % de los adictos la utilizaron como su ingreso a otras drogas …”
Secretaria de Salud.


En el presente mes de noviembre la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobó el uso recreativo de la marihuana. Tal fallo beneficia sólo a 4 personas que promovieron el amparo contra la prohibición legal para sembrar y consumir su propia cannabis índica. Para que la sentencia de la Corte se extienda a todo el país es menester que los ministros emitan el mismo veredicto en otros cuatro casos, en condiciones prácticamente iguales a las de ahora.

El Presidente Enrique Peña Nieto dijo que su gobierno “respeta y reconoce las decisiones de la SCJN, incluyendo la relacionada con el uso recreativo de la marihuana”. También expresó que el criterio de los ministros abre el debate sobre la mejor regulación para inhibir el consumo de drogas y enfrentar el desafío que representa el narcotráfico. Tal determinación en nuestro país ha provocado reacciones a favor y en contra, indicándose la necesidad de efectuar un análisis profundo y proceder a una consulta entre los especialistas e instituciones científicas.

Hace tres años comenté algo sobre el particular y aunque pudiera parecer obsoleto lo rescato para que propicie la correspondiente discusión sobre el peliagudo tema. El título tiene relación con esa canción festiva que cantaban los abuelos allá por los finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando con alegría se tarareaba: “La cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar, porque le falta, porque no tiene, marihuana que fumar…” Hace poco, el colega y amigo de actividades aeróbicas, el Dr. Armando Contreras Arriola, me proporcionó información sobre el peligro que representa el consumo de la marihuana en las personas, particularmente en los jóvenes, mismos que tienen la percepción errónea de que tal droga es de bajo riesgo y que no genera hábito.

Entre los datos que me entregó el médico Armando, destaco que la marihuana es una planta con tallo áspero y hueco (Cannabis Indica), con hojas compuestas, con hojuelas lanceoladas que, fumadas como el tabaco, producen un efecto narcótico. “A lo largo de los siglos, surge en las regiones más lejanas y cada vez de forma más amenazante, muy diferente a su uso industrial, que fue para obtener hilos o fibras. Todo parece indicar que la Cannabis es originaria de Asia Central y del sur. Las semillas de tal planta carbonizada, encontradas al interior de un brasero ritual en un antiguo cementerio de la actual Rumania, hacen suponer que su humo se inhalaba desde el tercer milenio antes de Nuestra Era…” En un rápido recorrido histórico no está por demás señalar que en la Convención Internacional del Opio, en La Haya (1925), se formalizó el compromiso de prohibir la exportación del “cáñamo de la India” a países que no permitieran su uso y exigir a las naciones importadoras que emitieran certificados indicando que su uso sería sólo para fines médicos y científicos.



Por cuanto a los E.E.U.U. las primeras restricciones para vender marihuana datan de 1906, en el Distrito de Columbia. En 1937 fue aprobada la Ley de Acto Fiscal de la Marihuana, donde fue prohibida la producción de cáñamo, además de la marihuana. Habrá que consignar también que a mediados de los años 60, con la llegada de los movimientos sociales y juveniles, el uso y abuso de la marihuana se extendió rápida y masivamente entre los muchachos. Fue una época de situaciones complicadas y difíciles, donde incidió la guerra de Vietnam y el fenómeno hippie, caracterizado por comportamientos contestatarios y contraculturales, desafiando al orden establecido y a “las buenas costumbres”; en esa época, particularmente en 1970, Norteamérica se ubicó como el primer productor mundial de la droga; con técnicas avanzadas de cultivo el hipócrita Gran Imperio llegó a desarrollar las mejores variedades de “Mary Jane” del mundo.

Los médicos, especialistas e investigadores que están en contra del mal uso de la Cannabis Indica, alertan que casi 162 millones de personas en el mundo consumen marihuana anualmente y que 23 millones, jóvenes la mayoría, la consumen diariamente. Manifiestan que esa droga es una sustancia psicoactiva que se suele consumir por la vía respiratoria, aunque también es posible su consumo por la vía oral, pero es altamente perjudicial su efecto en el ser humano; su consumo a largo plazo puede llegar a la adicción y propiciar daño físico y psicológico. Sus efectos son ataques de pánico, ansiedad, depresión, pérdida de memoria, impotencia, abulia, “síndrome amotivacional”. El médico mexicano Gregorio Oneto B., en 1934, fue contundente al respecto: “La marihuana produce cefalea, constricción de las sienes, midriasis, alegría, trastornos gastrointestinales, enrojecimiento de conjuntiva ocular, resequedad de mucosas, hambre, sueño, mareo, taquicardia, hilaridad, locuacidad, molestias al ruido y presencia de imágenes fantásticas…”

Habrá que ponerle atención al asunto, pues los jóvenes se ven impulsados a usar la mota o grifa para “tener un levantón” y se piensa incorrectamente que con “la yerba” el sujeto suele ser más creativo. A ritmo de reggae se escucha triste y lánguidamente: “El humo flota y me tranquiliza, llenaré mis pulmones hasta que derrita; mi mente aterriza siempre a la deriva, quiero ir hasta arriba cannabis sativa…”


ATENTAMENTE

PROFR. JORGE E. LARA DE LA FRAGA