Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: V?a Correo Electr?nico

La desmitificación de la elección presidencial de 2018

Eduardo de la Torre Jaramillo 27/01/2018

alcalorpolitico.com

El primer mito de esta elección presidencial es que AMLO ya ganó la contienda según hacen constar las encuestas, algo que es totalmente falso, esto lo explicaré a lo largo de esta columna.

Partiendo de que la política es percepción, los resultados electorales se producen territorialmente y no de manera virtual, de allí la primera confusión en todos los análisis políticos que se pueden leer hoy en día; vamos a analizar en primera instancia la realidad política de Morena, éste no gobierna ninguna entidad federativa ni la CDMX, sólo en 44 ayuntamientos (incluidas las delegaciones) de un total de 2,474 municipios, es decir, cuantitativamente sólo el 1.7% de las alcaldías. Y en donde gobierna, lo hace con enormes dificultades, ello por la inexperiencia gubernamental, además porque la curva de aprendizaje les está afectando en sus funciones, lo cual se observa en el exiguo pago del impuesto predial, por otra parte en la confusión elemental de nombramientos que le corresponden a los gobiernos estatales, y sobre todo, porque ni siquiera leyeron las leyes orgánicas de los municipios, teniendo 6 meses después de la elección a la toma de posesión, entre otras cosas.



Geográficamente, es una tradición que en el norte del país la izquierda ha tenido una presencia testimonial, no es relevante electoralmente y por ende su influencia es mínima, pero además, hay que recordar que el votante mexicano es conservador, y lo más importante en esta elección son las dinámicas locales y estatales, las cuales modificarán en el mucho el resultado electoral, un ejemplo de esto es Chiapas con la división del PVEM.

Por otra parte, hay que resaltar una nueva realidad partidista para esta elección presidencial, que son las divisiones y rupturas intrapartidistas, no por sus procesos antidemocráticos, sino simple y sencillamente porque los “rupturistas” no estaban incluidos en las candidaturas a los diversos puestos de elección popular, y en este proceso electoral no se escapa ninguno del subsistema de partidos. El cambio de partido político en este momento, se entiende cómo responde la condición humana en la política, algo que el filósofo José Luis L. Aranguren observó en la transición política española.



En otro orden de ideas, existe un enorme barullo entre los analistas políticos, ya que creen que la política virtual se antepondrá a la política territorial, quien piensa que los jóvenes en las redes sociales definirán la elección es una exageración, porque México es un país altamente complejo, que al mismo tiempo es premoderno, moderno y posmoderno. Vamos desentrañando esta parte de aquella interpretación errónea; de la última medición de mexicanos con respecto al acceso a internet, según AMIPCI en diciembre de 2016, había 70 millones de cibernautas, que representaban el 63% de acceso a internet, pero lo miden a partir de los 6 años en adelante, y estos el 36% es menor de edad, es decir que efectivamente son 45 millones de mexicanos en edad de votar quienes están conectados, y en la regionalización del acceso, se establecen las siguientes delimitaciones: a) Noreste que comprende los estados de: Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Sonora, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, estos acceden a internet en un 29%; b) Oeste que incluye a los estados de: Jalisco, Michoacán y Colima, quienes acceden en un 13% a Internet; c) Centro-Norte, que tiene los siguientes entidades federativas: Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas, quienes están conectados en un 10%; d) el Este que cuenta con los siguientes estados: Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y Veracruz, su conexión es del 10%; e) Sureste alcanza a los siguientes: Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, estos en su conjunto tienen conectividad en un 8%; f) El Suroeste contiene a los siguientes estados: Chiapas, Guerrero, Oaxaca, quienes sólo tienen un acceso del 5%.

Continuando con la reflexión anterior, en las regiones del Noreste y Oeste que representan un 42% de mexicanos que tienen acceso a internet, morena no tiene una presencia importante, a lo que le apostarían virtual y territorialmente serían a tres entidades: la CDMX, el Estado de México y Veracruz, en la primera pueden tener una posibilidad de gobernar, pues ya lo hizo el PRD, otra tribu más que gobierne a los capitalinos no tendrá ninguna diferencia porque es una ciudad que se autogobierna; en el caso del Estado de México, el “sistema” le quitó a su reciente aliada Elba Esther Gordillo Morales, quien le cubrió hasta el 67% de las casillas en la pasada elección de gobernador; y en Veracruz donde perdieron 252 mil votos en la elección de 2017 con respecto a la del 2016; sin embargo, de las ocho gubernaturas que estarán en disputa este año, sólo en la CDMX tienen posibilidad de ganar y eso estará por verse, sobre todo, por el papel que jugará Miguel Ángel Mancera.

Basta recordar que ninguna elección es igual a otra, la contienda electoral de este año la comparan con la de 2006, por las encuestas, algo que resulta poco probable, porque hoy las casas encuestadoras son “entes militantes”, además de que se niegan a reconocer la crisis por la cual están atravesando, es decir, la encuesta se usa como una estrategia de propaganda, amén de los errores metodológicos (en México se equivocaron en 2010 con las alianzas “opositoras”, en 2015 con el candidato independiente en Nuevo León, en 2016 nuevamente con las alianzas, vaya es un hecho recurrente que se equivoquen, y con el mayor descaro, sólo dicen que se equivocaron pero no aceptan que están en crisis); quizá a la elección que se acerca es a la de 1994; particularmente por dos cosas: a) el entorno político, los rumores de sustitución de candidato, la disputa en la intracampaña del PRI, los mismos chistes como el de la semana “semana santa”, sólo que en aquella ocasión era sobre el coordinador de la campaña que fue Ernesto Zedillo Ponce de León, hoy es sobre el propio candidato del PRI; y b) la violencia; empero, es diferente, aquella fue política, y la de ahora está relacionada con la violencia de grupos ilegales, el país se encuentra en una situación muy complicada en cuanto al tema de seguridad pública, particularmente por los casi 300 grupos armados que existen en el país, esto seguramente impactará en la incidencia a la abstención, por lo tanto, el voto de miedo, éste es un factor de influencia en la clase media, si bien es la que se dice harta, que se siente enojada con la clase política en su conjunto, la que vota de manera veleidosa, la que le da lo mismo votar por cualquier partido y cambiar su postura de una elección a otra, la que mayoritariamente no vota pero siempre se queja, la que tiene como característica ser “elector”, más nunca ciudadano, la que opta por fortalecer una democracia delegada y ahora hasta “carismática”, la que por comodidad puede optar por la opción política de menor racionalidad. Como corolario, en aquel año de 1994, la participación de votantes fue del 77% y ganó el PRI; la diferencia en 2018, es que la abstención sea alta y el resultado electoral sea el mismo de aquel año.