La autonomía de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana está fuera de toda duda, ya que el nivel de los nueve académicos que forman parte de ella no deja lugar a que obedezcan una línea o reciban alguna presión para tomar sus decisiones, aseguró Rafael Velasco Fernández, ex integrante de ese órgano universitario.
En entrevista, el también ex rector de la Universidad Veracruzana y ex presidente de la Junta de Gobierno hizo algunas precisiones sobre el proceso para la designación del Rector de la UV. Dijo que no se tiene que formar una terna, pues se pueden presentar todos los aspirantes que la comunidad universitaria proponga y será la Junta de Gobierno la que evalúe los merecimientos de cada uno de ellos; opinó que la idea de una terna pudo surgir a raíz de que en el proceso pasado sólo se presentaron tres candidatos para la Rectoría.
Aclaró que, contrario a lo que se ha manejado, el Rector sustituto no tiene ningún impedimento para participar como candidato a ocupar la Rectoría para el periodo regular de cuatro años y aclaró que Raúl Arias Lovillo no es rector “interino”, ya que la Ley de Autonomía deja ese nombre para quienes deban actuar en las ausencias temporales del Rector y en este caso es rector sustituto porque la separación del anterior es definitiva.
Aseguró que la Junta de Gobierno, durante su participación en ese órgano, nunca entró en polémicas inútiles ni respondió a ataques hasta de índole personal; destacó que los poderes del estado de Veracruz no ejercieron presión alguna sobre los miembros de la Junta, ni directa ni indirectamente.
Hizo hincapié en que el artículo 27 del reglamento interno de la Junta de Gobierno de la UV señala con claridad que no se deben admitir presiones de ningún tipo, provengan de donde provengan y dijo que para que los miembros de ésta actúen con la debida libertad en las delicadas funciones que las leyes les asignan, es indispensable contar con la confianza de la comunidad universitaria que los ha designado a través del Consejo Universitario General.
El texto íntegro de la entrevista es el siguiente:
En los días recientes y de acuerdo con lo que establece la Ley de Autonomía de la Universidad Veracruzana, usted y el maestro Carlos Pallán dejaron de pertenecer a la Junta de Gobierno de esta Casa de Estudios ¿Cuál ha sido su experiencia durante en estos casi ocho años de haber participado como miembro de tan importante órgano colegiado?
Todas las actividades administrativas y de gobierno que he realizado me han dejado experiencias y aprendizajes extraordinarios. Al ser designado integrante de la primera Junta desde que la Universidad obtuvo su autonomía, yo ya había experimentado igual honor y curiosamente también durante ocho años, pues me tocó formar parte de la primera Junta Académica de la Universidad Autónoma Metropolitana. Pero aquí en Veracruz se trataba de mi universidad, a la que ya había servido como director de facultad, secretario general y rector. El honor era, por ello, aún mayor.
Con respecto al quehacer de esta Junta, creo que una frase da fe de mi experiencia en ella: ha cumplido, en estricto apego a las leyes de autonomía y orgánica, con todas las obligaciones que estos ordenamientos establecen. Los miembros de la Junta realizamos además una tarea no escrita: asimilar, sin entrar en polémicas inútiles, expresiones adversas y hasta ataques personales. No es fácil abstenerse de hacer una defensa pública ante rumores creados de mala fe.
¿Cree usted que desde que la ley le dio autonomía a la Universidad, se ha ejercido realmente esta facultad tal como lo expresa la Constitución del Estado?
Sí, se ha ejercido a plenitud y ello por dos razones principales. La primera es que la Junta se ha apegado a la ley lo mismo que las autoridades universitarias y la comunidad de maestros, investigadores y alumnos. La Junta es el órgano que debe ejercer la autonomía todos los días, ya que además de designar al rector, al contralor y a los secretarios académico y administrativo, tiene que vigilar que los bienes y el presupuesto se manejen conforme a lo establecido en los ordenamientos. Esa función, que no tienen las Juntas de Gobierno de las demás universidades públicas del país, absorbe tal vez más del 50 por ciento del tiempo que sus miembros dedican a sus sesiones. La otra razón, que apoya mi respuesta a la pregunta, es que los poderes del estado no han ejercido presión alguna sobre la Junta, ni directa ni indirectamente, en la toma de decisiones de este órgano colegiado. Así ha sido y hay que decirlo.
Por lo demás, el artículo 27 de del reglamento interno señala con claridad que la Junta no admitirá presiones de ningún tipo, provengan de donde provengan. Me gustaría agregar algo respecto a este punto. Para que los miembros de la Junta actúen con la debida libertad en las delicadas funciones que las leyes les asignan, es indispensable contar con la confianza de la comunidad universitaria que los ha designado a través del Consejo General Universitario.
Ese apoyo moral debe basarse en la certeza de que cada miembro de la Junta tiene como bien supremo el de la Universidad, al margen de intereses personales o de grupo que pudieran manifestarse. Recuérdese, además, que ejercen su cargo de manera honoraria, dedicándole mucho tiempo sobre todo cuando se realizan los procesos de auscultación.
Este año se realizará el proceso para la designación de Rector y ya hemos visto cómo empiezan a darse algunas manifestaciones al respecto, ¿qué puede decir sobre ello?
Que tales manifestaciones son prematuras pero ciertamente inevitables. Tenga por favor en cuenta que lo que he dicho y lo que diré ahora es la expresión de un académico de la universidad, un simple miembro de la comunidad universitaria puesto que ya dejé de pertenecer a la Junta. No hablo pues, más que en nombre propio.
De acuerdo con la Ley de Autonomía, la Junta Gobierno deberá designar este año a un Rector cuyas funciones se iniciarán el primer día hábil de septiembre próximo. La Junta deberá haberlo dado a conocer por lo menos ocho días hábiles antes de esa fecha. Para llegar a la designación, previamente se establecerá un procedimiento de auscultación que se inicia en junio o julio con la convocatoria en la que se señalan las reglas a seguir, establecidas por la propia Junta.
En las dos designaciones hechas hasta ahora, el proceso se realizó con exactitud en todas las vicerrectorías y fueron escuchados todos los que solicitaron entrevistas. La Junta actúa en pleno, pero puede hacerlo en comisiones si las solicitudes son muchas. En los dos casos anteriores, han sido más de 100, lo que obligó a un trabajo extraordinario si tenemos en cuenta que a cada entrevista se le asignan quince minutos y un alto porcentaje de los solicitantes se exceden, con mucho, del tiempo establecido.
Es de esperar que en esta ocasión la comunidad presente sus precandidatos a partir de que se dé a conocer la convocatoria, allá por junio para que la Junta publique los nombres y sus currículos una vez que, si fuera el caso, se dejen fuera los que no cumplen los requisitos que la ley señala. La Junta sólo tiene en cuenta las propuestas de la comunidad universitaria. Recuerdo que en nuestro primer ejercicio de designación fueron 11 los precandidatos, en tanto que la comunidad solo presentó a tres en el segundo proceso.