La mala suerte del viernes 13, es la buena suerte de "yerberos y tiendas de amuletos"

Se dice que el viernes 13 es de mala suerte, pero para los vendedores de amuletos y yerbas es de buena suerte y ventas, aunque este día no tuvieron las mejores como en otras fechas.

Los dueños de establecimientos dedicados a la venta de imágenes de culto, aromas para alejar la mala suerte, piedras preciosas que manejan energías, y hasta hierbas para curar males físicos, se quejaron de que las ventas no son las mismas “a lo mejor es por la crisis económica, pero la gente prefiere ocupar 30 pesos en comida que en un talismán”.

El número 13 aunque cabalístico es, algunos le acreditan la buena suerte y otros la mala. En Latinoamérica la connotación es de mala suerte, por lo que la gente acude a los comercios que venden amuletos para contrarrestarla.

Sin embargo la situación económica de la sociedad mexicana es tan mala que los comercios de esta ciudad cpital, se encontraban vacíos, y los comerciantes informaron que cada vez es menor la población que recurre a paliar sus males con piedras, símbolos, veladoras y semillas.

Pero también el remedio más solicitado en cualquier época del año, no sólo el viernes 13, es el mal de amores, según manifestaron los comerciantes, quienes dijeron que sin importar el día, las mujeres principalmente, recurren a las veladoras con las que forman amarres para atraer a la pareja deseada.

Los inicios del viernes 13 se remontan a los templarios en 1307 cuando por orden de un papa fueron arrestados en plazas públicas y acusados de herejía y ejecutados.

Esta superstición ha ido tan lejos que los edificios en ciudades como Estados Unidos, suprimen el piso 13, y evitan las actividades bancarias. Así como tampoco tienen calles con el número 13.

En el cristianismo, los creyentes relacionan el 13 con los 13 apóstoles que acompañaban a Jesús en la Ultima Cena y el día viernes con el día en que murió.
En la cultura griega el número 13 tiene carácter divino, puesto que Zeus reinaba sobre los otros 12 dioses.

Y los más radicales dicen que si 13 personas se sientan a comer juntas, la que llega al final tendrá muy mala suerte, puesto que en la última cena de Jesucristo, eran 13.

Aunque hasta existe el miedo al número 13 llamado: Collafobia, de manera científica no han podido comprobar algún suceso que lo sea, sólo por ocurrir en viernes 13.