Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Estado de Veracruz

La otra gobernación: Nelson Mandela y José Mújica

Eduardo de la Torre Jaramillo 30/11/2018

alcalorpolitico.com

El saber cómo se ha gobernado en otros países siempre ayuda para que México deje esa absurda excepcionalidad chabacana que nos ha caracterizado en el imaginario colectivo de cómo se hacen las cosas en nuestro país, particularmente con el fatalismo político, por eso es importante estudiar a dos personalidades políticas contemporáneas que llegaron a gobernar a sus respectivos países, como lo fueron Nelson Mandela (1918-2013) y José Mújica (1935-).

Nelson Mandela (“Madiba”) y José Mújica (“Pepe”), quienes llegaron a gobernar Sudáfrica y Uruguay a los 76 y 75 años de edad, respectivamente; el primero presidió su país de 1994 a 1999, y el segundo de 2010 a 2015; ¿qué los caracterizó como hombres públicos?, ambos fueron de filiación de izquierda, creyeron en la “violencia como partera de la historia”, uno siendo un opositor desde la abogacía y como militante del partido comunista hacia la segregación racial definida como el Apartheid; el segundo, un autodidacta inspirado en la revolución cubana que pretendió hacer la revolución en su país a través de la guerrilla tupamara; Madiba estuvo en la cárcel 27 años (aunque la condena en 1964 fue cadena perpetua por haberse alzado en armas contra el Estado) y Pepe 14 años, (cuando lo detuvieron, estando desarmado en el piso recibió 6 balazos) la prisión los transformó porque cambiaron las armas por la política, optaron por dejar el conflicto y civilizaron su lucha, a través de la negociación política y el desdoblamiento en la lucha electoral; el primero aprendió el afrikáner, su historia, sus costumbres, en fin se puso en la piel de sus enemigos políticos para poder dialogar y negociar con ellos en su momento, por ejemplo, ya siendo presidente dijo: “con los afrikáners hay que dirigirse no solo al cerebro, sino también al corazón”; el segundo, de la tortura sistemática física y psicológica casi se volvió loco por el encierro, se enfermó, perdió su dentadura, durante dos años en la prisión casi no habló con sus compañeros guerrilleros. La cárcel los marcó para toda la vida, mutaron, se tuvieron que adaptar a las nuevas circunstancias, se convirtieron en serenos y pacientes demócratas.

Madiba tuvo que frenar la guerra civil que estaba por estallar después de que dejó la prisión en 1990, puesto que sus seguidores del Congreso Nacional Africano tenían sed de venganza en contra de sus opresores, no dejaban la violencia como respuesta a la segregación, pero ahora eran los tiempos de la política al desmontar el Apartheid y la construcción de un nuevo orden democrático; en su discurso de liberación afirmó: “he luchado contra la dominación blanca y la dominación negra, he acariciado el ideal de una sociedad democrática y libre donde todos los hombres convivan en armonía e igualdad de oportunidades”, discurso que por cierto internamente no le gustó ni al gobierno ni a sus seguidores, ya en su primera rueda de prensa dejo claro que el rencor

lo había enterrado por el bien de sus objetivos; esto por lo tanto le valió que en la negociación política sobre el futuro de Sudáfrica tuviera en ese proceso de transición a un político flexible como lo fue Frederik De Klerk. En el caso de Pepe dejó la cárcel en 1985 y tardó 9 años en convencerse de la vía electoral como la nueva participación política, allí fue diputado y senador de 1994 a 2004, después ministro de agricultura de 2005 a 2008. Ambos tuvieron que dejar atrás la lucha de razas y la lucha de clases para dedicarse a hacer política, ésta como la construcción de un nuevo orden político, el primero tuvo la enorme tarea acabar con el Apartheid y el segundo reconstruir a su país después del paso devastador de la dictadura militar.

En el caso de Mandela se convirtió en presidente de la república sin tener experiencia gubernamental; no así Mújica que tuvo una escasa y desordenada función en el ministerio de agricultura, pero ambos gobernaron con sentido común, con seducción, con ese encanto de la educación de Mandela y con el desparpajo de un lenguaje sencillo y directo de Mújica, ninguno de los dos guardaron odio ni venganza hacia sus adversarios históricos, tampoco polarizan a la sociedad para seguir manteniendo el conflicto, no adjetivaron a ningún grupo social, no simularon en la democracia, fueron hombres de Estado, ninguno se autopregonó como nuevo héroe político ni como la encarnación de la historia per se, simplemente se dedicaron a cumplir una misión política que comprendieron era una acción colectiva e incluyente.

Mandela en su momento fue el presidente más apreciado en el mundo, su salida de la cárcel se produjo en pleno derrumbamiento del socialismo en 1990, ya había caído el muro de Berlín y estaría el mundo a un año de la desaparición de la URSS, y Sudáfrica se dirigía hacia su renacimiento, por lo que la valió construir amistad con la Reina Isabel de Inglaterra, así como con Bill Clinton; por su activismo internacional y la transformación de su país que se reflejó a lo largo de sus años de gobierno, bien vale la pena recordar una acción gubernamental que se puede observar en la película “Invictus”, allí el deporte fue utilizado por Madiba como un instrumento político, puesto que el Rugby era el deporte de los blancos, y aprovechó el mundial en Sudáfrica, para crear esa unidad nacional, puesto que por primera vez desde 1652 los blancos y los negros tenían una causa común: el deporte; todo esto lo convirtió en Premio Nobel de la Paz. En el caso de Mújica que no tuvo el peso mundial previo a su asunción de la presidencia y en otro contexto histórico se convirtió en una especie de Rockstar desde su ejercicio de gobierno porque se metió a la agenda global, particularmente porque fue el primer país en el mundo en legalizar el consumo de la marihuana controlada por el Estado, y con una lógica por demás interesante, porque fue una iniciativa en contra del narcotráfico aunque en su país estaban en contra en un 66% con esa propuesta, al final se aprobó en el congreso, y sólo se puede adquirir la marihuana por dos vías, la primera es registrarse como consumidor y en las farmacias con una tarjeta que no incluía información de identidad a la vista, la cual está vinculada a la base de datos confidencial

se les suministran 10 gramos semanales, 40 mensuales y 480 anuales; y la segunda es con la conformación de clubes, y allí se pueden tener en macetas de marihuana, se juntan para fumarla y también no se pueden consumir más de 480 gramos al año por cada integrante de ese club, si se intenta venderla fuera de la regulación estatal, es altamente penado. Después de la aprobación en el congreso, el gobierno de Mújica creó el Instituto de Regulación y Control del Cannabis que es el órgano de vigilancia, control y fiscalización de la producción, distribución y consumo; hecho por el que fue respaldado por la OEA, y con dicha medida gubernamental lo lanzó como candidato a Premio Nobel de la Paz. En palabras de Mújica esta medida obedeció que: “para el narcotráfico nada vale nada. Es mucho peor que la drogadicción el narcotráfico. Porque la drogadicción destruye físicamente a la gente. Pero el narcotráfico destruye ética y moralmente a las sociedades, empezando por los aparatos de control del Estado. Estamos cada vez peor. ¿Entonces qué, vamos a seguir haciendo lo mismo, cuando tenemos cien años que nos están demostrando que con la represión no vamos a ningún lado”?

Es pertinente comentar, que ambos aceptaron el sistema capitalista, se adaptaron y se montaron en la globalización, no hubo ocurrencias “nacionalistas”, por ejemplo en el caso de Sudáfrica como país emergente se integró al BRICS en 2011 (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), un bloque económico que se insertó al proceso de globalización, esto como una secuencia de las acciones emprendidas desde el gobierno de Mandela; por otra parte, la herencia de izquierda se observó en el impulso de los nuevos derechos, más en Mújica que en Mandela, el primero legalizó el aborto de una forma inédita en el mundo, ello por la modificación que hizo el diputado socialdemócrata Iván Posada, quien propuso que la mujer que quiera abortar está obligada a presentarse ante un médico, un psicólogo y un asistente social quienes deben darle a conocer además de la interrupción del embarazo, que pueden seguir el embarazo y dar la criatura en adopción, dándole a la mujer 5 días para su decisión, de igual manera los médicos no están obligados a realizar los abortos, ya que pueden ejercer su objeción de conciencia, ésta es una enorme diferencia con toda la legalidad que existe en la mayoría de los países.

Finalmente, ambos personajes políticos se pueden considerar postmaquiavelicos, porque fueron grandes políticos y buenas personas a la vez, nunca practicaron el poder desde la maldad, fueron políticos generosos, tolerantes, carismáticos que no tuvieron amargura en el ejercicio del poder, no fueron esos políticos que desperdiciaron su talento para mover a las masas y sacar lo peor de la condición humana, no buscaron la reelección, antepusieron la política sobre su vida personal, Mandela perdió a su familia por la política, Mújica no tuvo hijos.