Aún cuando la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) determinó que el puente Tonalá I colapsó por causas naturales, documentación oficial de la misma dependencia ponen en evidencian negligencias que pudieron haber originado su caída.
Tras una solicitud de información realizada a la SCT en el marco de la Ley Federal de Trasparencia y Acceso a la Información, se sabe que la última vez que se invirtieron recursos al Tonalá I fue en el año 2003, y no anualmente como argumentó el delegado de la SCT en la entidad, Agustín Basilio de la Vega tras dar a conocer las causas del accidente.
El 10 de agosto pasado –en la capital del estado- el funcionario panista rindió el informe preliminar de los peritajes realizados a los restos del puente y concluyó que la corriente del Río Tonalá socavó más de 11 metros las bases de la obra y vino su caída.
"Fueron causas naturales y contra eso no se puede hacer nada", y por ello no se buscarían culpables ni responsables; eso a pesar de que dos personas murieron el día del accidente y que la falta de la vialidad ha ocasionado pérdidas millonarias para los sectores comerciales.
Sin embargo, el documento que contiene el reporte de la última inspección aplicada al puente brinda "elementos suficientes para pensar que la SCT miente para proteger a los responsables que no detectaron los daños con oportunidad", dice a este diario un especialista en puentes de la facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Veracruzana -quien pidió reservar su nombre- al que se le presentó el informe que logró este diario en línea de la SCT.
El reporte indica que la última inspección fue realizada el 15 de agosto de 2008 y detalla la revisión a 13 elementos estructurales, pero ninguno referente a las bases que sostenían a la estructura bajo el río, donde, según las explicaciones de los funcionarios de la CST, se originó el daño.
Es decir, el puente tuvo que colapsar para que la SCT realizara un diagnóstico completo en el cual relucieran la afectaciones, que hasta antes de caer registraba un tráfico diario de 9 mil 164 vehículos y fue terminado en el año 1959 por la constructora Belther, SA de CV.
"El reporte está muy bien armado, se ve que lo hizo personal técnico, pero también, en contraste con lo que se ha dicho, de que cayó por causas de la naturaleza, con el documento se vuelve objetable", dice el entrevistado que por años ha impartido clases de Estructuras Isóstaticas en la UV.
En el anexo de "descripción del daño", el reporte resume la inspección general con revisiones a 13 elementos que integraban la estructura del Tonalá I: 1.-superficie de Puente, 2.- Juntas de expansión, 3.- Banqueta Camellón, 4.- Parapetos pasamanos, 5.- Conos/taludes, 6.- Aleros, 7.- Estribos, 8.- Pilas, 9.- Apoyos, 10, Losa, 11.- Largueros/Trabes, 12.- Cause y 14.- Puente en General.
Ninguno de los elementos corresponde a puntos donde presuntamente se generó el sacavamiento. "Es importante aclarar que una obra de este tipo, tan importante, prácticamente debe ser auditada en toda su estructura, porque el no revisar los asientos del puente, con personal especializado, es una gran omisión", repuso el ingeniero consultado.
Eso no es todo. En el marco del incidente las autoridades de SCT declararon que anualmente destinaban recursos al mantenimiento del Tonoalá I y II; no obstante, el informe expresa que la última vez que se le invirtió dinero fue el año 2003:
"En el 2003 se sustituyó la losa de rodadura, con un costo de $ 1, 381, 143.17. Adicionalmente, dentro del Subprograma de Conservación Rutinaria de Puentes a partir de 1996 se le ha atendido cada dos años con trabajos de limpieza de la superficie, de la corona de la subestructura y de drenes, así como de pintura de parapetos, con una inversión de 100,000. 00", indica el documento.
Es resaltable también que al solicitar los nombres de los funcionarios de la SCT a cargo de la supervisión del puente en cuestión, la SCT no quiso entregarlos y remitió al solicitante al Centro SCT de Tabasco, "a cuyo cargo estaba tal supervisión".