Con la aplicación del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) contemplado dentro de la reforma hacendaria, el pan de dulce ha quedado fuera de la canasta básica, pues cada pieza sufrió, desde el 1 de enero, un incremento de ochenta centavos, por cada peso.
José Antonio Mora, empresario panadero de la ciudad, lamentó que esta reforma haya incluido el pan de dulce dentro de los productos que, por su contenido calórico, tengan que sufrir este incremento, sobre todo cuando el pan es un producto de consumo diario.
“El golpe principal es para el consumidor final, aquí a quien se afecta es al consumidor que es quien realmente lleva la carga del día a día sobre su ingreso, que si ya es limitado, hablando de aquellos que perciben uno o dos salarios mínimos, esto es un verdadero golpe”, precisó.
Detalló que esto también afectará a las panaderías, pues el volumen de ventas bajará considerablemente, “desgraciadamente estamos en esa inercia; si el consumidor no tiene dinero no compra”.
Más cuando destacó que el 2013 fue un año complejo para este sector y la economía en general, precisando que el poder adquisitivo ha sido un tema importante, pues las familias no han podido capitalizarse, “cada vez están más golpeados y mermados”.
Previó un 2014 más difícil con estos incrementos, pues reconoció que dentro de la dieta de los mexicanos está el pan como alimento fundamental, tachando de “ilógico” el hecho de que se le aplique el impuesto al pan de dulce, que también incluye a algunas materias primas.
Situación que obliga a las panaderías a incrementar sus precios aunque no lo quieran, pues de lo contrario no tendrían ganancias, ni mucho menos podrían tener recursos para pagar sueldos de sus empleados tanto de mostrador como de hornos.