Tendremos que partir de la premisa de que “en la guerra y en el amor todo se vale” y por eso, tal como estaba previsto, estamos asistiendo al final de una de las luchas electorales más encarnizadas de todos los tiempos en Veracruz, aunque, la verdad sea dicha, esperábamos mayor violencia o peor guerra sucia que la que hemos visto hasta ahora en que después de todo, ha sido una lucha electoral civilizada en que, hasta donde logra verse, cada partido o Coalición ha puesto sus mejores (y en ocasiones sus peores) armas.
Sin embargo, la guerra entre las distintas fuerzas políticas también debe tener el ingrediente básico, fundamental y ético del respeto a la inteligencia y voluntad de los electores, porque si bien, es válido sacarle al adversario y exhibir las conductas anómalas, las fallas que haya tenido, las limitaciones o inexperiencia que presenta, etcétera, no se vale minimizar la inteligencia de los ciudadanos.
Y aquí tendríamos que poner como ejemplo la denuncia que presentó el dirigente estatal del PAN, Víctor Alejandro Vázquez Cuevas, ante el Ministerio Público Federal, acompañado del mismísimo dirigente nacional de ese partido, Manuel Espino, “en contra de quien resulte responsable” porque le dejaron en el buzón del celular, una amenaza de violencia no concreta que, por lo demás, por el lenguaje tan soez que utiliza, no sólo carece de peligro real, sino hasta de seriedad, convirtiéndose en una tontería, por decir lo menos.
¿Quién quiere engañar a quién?. ¿Realmente Víctor Alejandro (Pipo) está atemorizado por esa llamada? ¿Cree que lo van a matar o algo le va a pasar?. ¿Cree que esa llamada está hecha por alguien que defiende al Gobernador y que así va a impedir el triunfo de los candidatos panistas?
Suponiendo, sin conceder, que esa llamada hubiera sido hecha por un apasionado priísta, el que la hizo, ¿cree que va a asustar a alguien con ese recadito?. Los que hemos conocido de persecución y amenazas por causas de la liberta de expresión, sabemos el estado crítico a que eso lo conduce a uno, sobre todo cuando hay verdaderos odios o intereses políticos fuertes de fondo, pero quien está en una lucha electoral, que sabe perfectamente a lo que se mete, es decir, a una guerra en que uno y otro se lanzan toneladas de lodo, no puede tomar en serio esa amenaza, ni el que la hizo ni el que la recibió.
Y lo que no se vale es querer emboletar a la opinión pública en esos juegos de bajo perfil.
Siempre hemos dicho que Víctor Alejandro es un político muy joven pero muy hábil, por lo que entendemos también que sabe a la perfección cómo se daña políticamente al adversario. Él mismo ha ganado batallas políticas de mucha altura y no puede hoy, asustarse por una cosa tan insignificante.
Los “sustos” en política no se aplican por la vía celular.
Por eso, opinamos que aunque exista esa llamada, no tiene tanto peso como para que llegue a los electores, porque en primer lugar, todos sabemos que a veces, hasta los del mismo equipo hacen la jugada sucia y, en segundo, Pipo sabe que el gobernador Fidel Herrera Beltrán es un guerrero de la política, que pelea con las armas de la política y que lo hemos visto también asumir las derrotas con criterio político.
Respetémonos unos y otros y que ganen los mejores.