Los agentes de la AVI de Cardel lograron esclarecer un secuestro virtual de una mujer, a cuya familia le pedían dinero por su liberación, quedando a disposición de las autoridades competentes.
La señora Rosa María Arango León de 45 años de edad, con domicilio en la colonia Vicente López, en Cardel, fue presentada ante la autoridad judicial, luego de que agentes de laAVI dieran con su localización por su presunto plagio.
Ella compareció ante la autoridad y denunció penalmente contra quienes resulten responsables de este ilícito.
La persona que hizo el reporte fue Alicia Cortes López de 47 años de edad, con domicilio en la localidad de Salmoral, en el municipio de La Antigua, refiriendo que la consuegra, al parecer la habían secuestrado.
El hijo de esta mujer (Carlos Jiménez Arango de 30 años de edad), recibió llamadas a su celular, en donde un sujeto masculino por su tono de voz, le exigía primeramente la cantidad de 500 mil pesos para supuestamente liberarla sana y a salvo.
El hijo de la mujer le respondió que no tenía ese dinero y luego fueron bajando la cantidad de dinero, hasta pedirle 52 mil pesos y que esperara instrucciones del lugar para la entrega del dinero, sino la matarían.
El lugar de entrega sería cerca de la salida a Veracruz, carretera Federal Cardel-Veracruz. Los agentes procedieron a la búsqueda de la mujer en parques, hoteles, moteles, plazas comerciales y demás sitios de interés públicos, pues pensaban que se trataba de un secuestro virtual.
Los agentes dieron con Rosa María Arango León en el Hotel Lety, ubicado en calle Flores Magón de la ciudad de Cardel, quien estaba en la habitación 5 y sola.
La mujer fue asegurada y llevada a su casa, en donde explicó que recibió una llamada a su celular y un sujeto le dijo que si no hacía lo que le pedía, mataría a toda su familia uno por uno, que dicho sujeto le dijo que comprara un celular y apagara el otro.
Ella compró otro celular, apagando su otro celular, diciéndole dicho sujeto que se hospedara en el Hotel para que esperara instrucciones y que no le hablara a nadie, porque la estaban observando y que si no lo hacía matarían a su familia. La agraviada pidió a las autoridades deslindar responsabilidades.