Los sabios, los importantes y los licenciados no acuden a la Semana Santa: Obeso Rivera

La mañana de este jueves, uno de los días mayores de la Semana Santa, el Arzobispo Sergio Obeso Rivera Obeso Rivera, celebró la Misa Crismal ritual al que acuden los mismos feligreses de siempre, pues no observó la asistencia ni de los sabios ni de los importantes, y “sin ofender a nadie tampoco de muchos licenciados”.

En la Catedral que desde temprana hora se abarrotó de feligreses, estuvieron presentes los 75 curas de la Arquidiócesis de Veracruz. Ahí Obeso Rivera al hacer alusión a las ausencias que observaba señaló la necesidad de fortalecer la fe católica y asumir la misión de evangelizar, pero cargando la mano hacia donde están los pobres, de los que advirtió que no necesita buscarlos con la linterna de Diógenes, porque hay muchos.

El obispo también invitó a sus sacerdotes a renovar su compromiso ministerial, prometiendo unión y fidelidad a Cristo, celebrar el santo sacrificio en su nombre y enseñar a los fieles el camino de la salvación.

De igual manera se pronunció por que cada uno de los fieles lleve y conserve el mensaje de fe, esperanza y de humildad tal y como Jesús lo hizo hace dos mil años, cuando dio su vida para salvar al mundo de sus pecados.

Por ello, instruyó a la feligresía asistente para que este mensaje se haga patente en todos y cada uno de los sitios en donde estén presentes durante estos días de la Semana Mayor.

Por la tarde, continuó con la recepción de los santos óleos, y explicó que estos aceites se emplean para los sacramentos del bautismo, confirmación u ordenación, así como para la unción de los enfermos, con lo que dio inicio el triduo pascual, que es la preparación a la pascua.

Luego, el Obispo hizo una pausa para reiniciar los oficios religiosos con la celebración de la institución de la Iglesia Católica y al término de la lectura del evangelio, realizó el ritual del lavatorio de pies a feligreses que simbolizaron a los 12 apóstoles, asumiendo, al igual que los hizo Jesucristo, la condición de siervo, para recordar que la humildad es indispensable para ejercer plenamente el ministerio recibido de sus manos.

En seguida de este rito, Obeso Rivera, representó la última cena, en compañía de sacerdotes y fieles allegados a su congregación.