Al igual que los fieles, algunos sacerdotes de la Diócesis de Orizaba tienen que luchar día con día con enfermedades crónicas degenerativas, como la diabetes y los problemas cardiovasculares, que a veces requieren mucha responsabilidad de parte del mismo presbítero y con cuestiones espirituales, reconoció el obispo Eduardo Cervantes Merino.
"La necesidad que tenemos siempre todos nosotros es la oración y que nos estemos renovando permanentemente en el servicio de la iglesia.
Siempre se tienen necesidades, humanas, espirituales, el cuidado de la salud, que lo vamos atendiendo como todo ser humano, especialmente algunas enfermedades crónicas degenerativas como la diabetes, problemas relacionados con el cardio, pero gracias a Dios atendidos; implica mucha responsabilidad también de parte del mismo sacerdote", indicó.
Añadió que, a pesar de las circunstancias de salud que puedan enfrentar, de la fragilidad y fallas que son muchas, dijo el prelado, siguen dispuestos a responder al llamado que Dios les ha hecho. También destacó que todos los días luchan por muchas cosas, pero la principal es instaurar un reino de justicia, amor y paz donde se reconozca la dignidad de la persona. "Y a nivel espiritual, todo aquello que va distorsionando la imagen de Dios y nuestra relación con Él. Buscamos anunciar una palabra que nos aliente a nosotros como sacerdotes y compartirla", concluyó.