Las familias de personas desaparecidas viven una tortura diaria al no saber si sus seres queridos están vivos o muertos, recordó la integrante del Colectivo de Familiares de Desaparecidos Zona Orizaba-Córdoba, Araceli Salcedo.
“Yo llevo 13 años buscando a mi hija y tengo una tortura diaria, porque no sé si está viva o está muerta, y así como yo, miles de madres en nuestro país están en la misma situación. Ya basta de tanta indolencia por parte de la autoridad y por parte de aquellas personas que, aún a pesar de la visibilización que hemos hecho de lo que me pasó a mí y no te pase a ti, siguen señalándonos”, dijo.
Destacó que no se deben normalizar estos casos, pues ninguna persona merece ser desaparecida. “Y es indolente que nuestra máxima autoridad denoste el trabajo de las madres buscadoras, no pedimos estar aquí y nos duelen nuestros hijos”, expresó.
También comentó que en el predio en el que han trabajado desde hace mes y medio ya se obtuvo un primer positivo y se realizó una recuperación. “Seguimos trabajando en prospección, como se los he dicho, esto es muy tedioso, muy cansado, desgastante; hay mamás que ya están muy grandes y la salud, el agotamiento, pega”, dijo.
Apuntó que están cansadas de que las autoridades no salgan a hacer el trabajo que como familiares de desaparecidos ellas están realizando. Añadió que desde la creación del colectivo ha habido madres que han fallecido esperando poder encontrar a sus hijos. “Tenemos mamás que desafortunadamente ya se fueron de este mundo y con la incertidumbre de que no pudieron volver a ver a sus hijos o que los hayan localizado”, dijo. Sobre el trabajo que realizan las autoridades, señaló que es muy vacío e insuficiente.