Manuela Francisca, partera de Ixhuatlancillo, acusa mala labor de hospitales con embarazadas

En zonas rurales de Veracruz, donde el acceso a servicios médicos continúa siendo limitado, las parteras tradicionales han sido, durante décadas, el principal apoyo para las mujeres embarazadas. Sin embargo, las restricciones impuestas por instituciones de salud han reducido su margen de acción, obligando a muchas gestantes a enfrentar partos en hospitales que no siempre garantizan atención oportuna y digna.

Manuela Francisca, partera originaria de Ixhuatlancillo, con más de 50 años de experiencia, explicó que actualmente se les impide atender los partos y cuando la mujer está en labor las deben canalizar al Hospital Regional de Río Blanco; sin embargo, ahí las tienen esperando porque no hay médicos y hay bebés que han nacido en pasillos y baños. "A mí tres embarazadas se aliviaron una en pasillo, afuera, y una se me alivió adentro del baño, en Río Blanco", dijo.

Indicó que las autoridades son estrictas en que ya no se pueden atender partos en los domicilios para presuntamente garantizar la seguridad de las mujeres y sus bebés, pero en el hospital solo las reciben cuando ya llevan ocho centímetros de dilatación. No obstante, en ocasiones ella ve condiciones que pueden poner en riesgo a la mujer, por ejemplo, señales de presión alta que pueden derivar en una preeclampsia y poner en riesgo su vida y la del bebé.



Agregó que al llegar al hospital, si las mujeres no llevan los ocho centímetros de dilatación no las reciben, y en ocasiones no hay camas o médicos y por ello hay mujeres que ella ha enviado que ha dado a luz en los pasillos o sanitarios. La partera tradicional afirmó que en todos sus años de ejercer nunca ha perdido a una sola mujer o a un bebé.