Este 2022, la revista de la Universidad Veracruzana, La Palabra y el Hombre, festeja sus 65 años de existencia desde su fundación en 1957. Motivo por el cual su actual director, el orizabeño hombre de letras Mario Muñoz, investigador y catedrático de la UV, compartió algunas de sus impresiones sobre estas más de seis décadas.
De acuerdo con su narración, el primer número de esta publicación trimestral, con editorial del filósofo Fernando Salmerón, vio la luz en el primer trimestre de 1957 (enero-marzo), cuando el antropólogo Gonzalo Aguirre Beltrán fungía como rector de la UV. El número inaugural fue muy bien recibido por el público.
“Varias circunstancias hicieron que casi paralelamente a la creación de la Editorial de la Universidad, se diera la creación de la revista”, dijo Muñoz, “Ambas empresas dirigidas por nuestro gran amigo Sergio Galindo”.
Ocho años bajo la tutela del admirado escritor de
Polvos de arroz, Terciopelo violeta, ¡Oh, hermoso mundo! y más dieron como resultado la consolidación del sello editorial de la UV en México y varias partes del mundo. Durante la gestión literaria de Galindo, las publicaciones llegaron a países como Canadá, Chile, España y China. Tiempo en que La Palabra y el Hombre captó la atención de curiosos y especialistas.
Recordó Mario Muñoz aquella época de auge para autores como Emilio Carballido, Roberto Bravo Garzón, Eraclio Zepeda y otras figuras cuyas plumas forjaron la calidad literaria que definieron los orígenes de la revista, distintivo que la ha acompañado en todas sus épocas.
El Dr.
Honoris Causa por la UV remarcó la vocación editorial y el claro carácter multidisciplinario que subyace en cada edición, pues “aunque se da por pensar que se trata de una revista puramente literaria, esto no es así”.
Muñoz destacó la acertada pluralidad de voces con que dialogan historiadores, antropólogos, filósofos, escritores y artistas de varias disciplinas reunidos para reflexionar en torno de la condición humanista. Por ello que a través de las páginas, los lectores generan una idea de diversidad intelectual o de conocimiento conjunto que hace especial a la revista La Palabra y el Hombre.
Con propósitos bien definidos, los directores que sucedieron a Sergio Galindo buscaron mantener el mismo ideario que dio vida a esta literaria empresa.
Explicó Mario Muñoz que la dinámica de la revista es sincrónica con los cambios del tiempo en que le toca desenvolverse, “pues las transformaciones en el contexto social, político y cultural siempre han impactado de modo directo en la manera en que se consumen conocimientos”. Así, la producción no es pensada para un entorno local, sino nacional; que busca también mantener su sólida audiencia de lectores extranjeros, quienes encuentran en esta publicación un documento de valor artístico e histórico.
En ese sentido, Muñoz festejó que en el acervo de bibliotecas de prestigiosas universidades internacionales se guarden colecciones con varios volúmenes de La Palabra y el Hombre.
Destacó que se inició con un formato clásico de publicación, el académico. Al término de su primera época, entrado el fatídico 1968, la revista sufrió severas restricciones y tuvo que suspender su tiraje. La situación estudiantil impidió que la dirección, en ese entonces encabezada por Sergio Pitol, pudiera continuar.
No fue sino hasta 1971, bajo la dirección de Rosa María Phillips, que fueron publicados los números correspondientes al año 68. A partir de esta segunda época La Palabra y el Hombre comenzó una gradual etapa de expansión de lectores, donde Mario Muñoz figuraba como asesor literario.
Fue este un periodo crítico que dio un nuevo impulso a la producción Editorial de la Universidad y a su ya reconocida revista. Para esta época el formato cuadrado de impresión sufrió diversos cambios y en cada nueva entrega mejoró su calidad. Portada y contraportada de los números mostraban una imagen o fotografía cautivante para lectores, siempre creada por un artista visual distinto. Cuya costumbre se mantuvo en la gestión de los directores siguientes.
La tercera época de la revista llegó en el 2007, cuando festejaba 50 años de existencia y 35 de publicación casi ininterrumpida, periodo dirigido por la historiadora Celia del Palacio Montiel, “quien sondeó profundamente los aciertos y desaciertos de la Editorial y La Palabra y el Hombre, para advertir que su nicho de lectores había cambiado notablemente con el auge de las redes sociales y su impacto sobre la dinámica misma de la cultura”, consideró Muñoz.
Esta tercera época dio pauta a un nuevo formato que alcanzó mayor proyección de audiencias, apostando por las múltiples ilustraciones dentro del texto, coleccionadas en una sección
dossier que mostraba piezas de artistas consolidados y emergentes. Es a partir de aquí que se buscó difundir más el talento de nuevos jóvenes creadores.
En consideración de Muñoz, esta tercera época allanó el camino correcto para alcanzar otros públicos. Cuenta que muchos estudiantes de la Universidad Veracruzana desconocían la revista, por lo que se procuró que los textos siguieran siendo relevantes pero atractivos y amenos para la mayoría de públicos.
Sin embargo, el también cinéfilo enfatizó que: “lo ameno no es sinónimo de ligero. El valor no se pierde cuando se es ameno”.
Resumiendo el largo y muy interesante trayecto recorrido por La Palabra y el Hombre, cuyo logro más reciente pudiera considerarse su segunda premiación a la calidad editorial entregado por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), en el 2018, el actual director celebró los 65 años de difusión de las letras.
Desde que Mario Muñoz volvió a tomar las riendas de la revista ha procurado relacionarse con muy diversos tipos de lectores, enfocado sobre todo en estudiantes. Ha llevado las letras a las facultades de la UV y dirige muchos esfuerzos a recintos de enseñanza media, afincado en el propósito de captar la atención de las adolescencias.
Piensa que es muy importante no perder de vista que la audiencia “se trata de públicos realmente muy variados” por lo que hay que pensar en todos los potenciales lectores. En ese tenor, lamentó que muchas publicaciones de universidades ya no se enfoquen en la divulgación, pues es cada vez más común ver colecciones completas de revistas que se almacenan para perderse en el tiempo, sin que se intente si quiera atraer a un público.
Finalmente, el actual director de esta prestigiosa publicación trimestral, quien desempeñó este mismo cargo por primera vez de 1975 a 1977, afirma buscar la constante innovación editorial a través de las 5 secciones principales: “Palabra”, “Sociedad”, “Artes, “Miscelánea” y “Dossier”
El decano de la Facultad de Letras UV se entusiasmó por los nuevos retos que se pudieran presentar para la revista, festejando que en tiempos apenas pasados, donde la normalidad social se vio comprometida por la amenaza del COVID-19, La Palabra y el Hombre haya podido mantener su calidad y vigencia.
De modo que la única pretensión actual, si hubiera de darse el caso, sería alcanzar reconocimiento por parte del Conacyt, pues la trayectoria de la revista de la Universidad Veracruzana ha demostrado ser digna de figurar en el acervo académico, intelectual y científico de todo el país.