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Sección: Estado de Veracruz

@UVLibros

Mark Twain, autor de libros para ser feliz

09/05/2023

alcalorpolitico.com



Colección Biblioteca del Universitario
Título: “Sobre la ciencia del onanismo y otros ensayos”
Selección y prólogo de Rafael Antúnez
Editorial de la Universidad Veracruzana

“No te separes de tus ilusiones. Cuando se hayan ido, es posible que aún existas, pero habrás dejado de vivir”, aconseja Mark Twain en el título “Sobre la ciencia del onanismo y otros ensayos”, publicado con el número 80 en la colección Biblioteca del Universitario de la Editorial de la Universidad Veracruzana (EDUV).

El escritor norteamericano ofrece un mundo de posibilidades para ser feliz, gracias al humor y la ironía que pueblan su narrativa.



Si nunca has leído al autor de “Las aventuras de Tom Sawyer” y “Las aventuras de Huckleberry Finn”, el libro que aquí se comenta puede ser un gran principio para acercarte a él. Comienzas con el intento de héroe que desea ser el probo protagonista de “Candidato a la presidencia”, pero siempre y cuando salga ileso; es increíble, la risa espontánea te posee, aun así, puedes elegir parar, pues no tienes porqué preocuparte si te faltan muchas páginas y te entró pereza, algo que no creo que suceda, pero hay que dar paso a la sorpresa. Los relatos son muy breves, salvo “Domar la bicicleta” e “Instrucciones para vivir la vida” que tienen más de diez páginas; los otros son de una, tres o cinco.

De una es, por ejemplo, Consejos para las muchachas: … Primero chicas, no fumen, es decir, no fumen en exceso. Yo tengo setenta y tres años y medio, y he fumado setenta y tres. Pero nunca fumo en exceso, es decir, fumo con moderación, solo un cigarro a la vez. /En segundo lugar, no beban, es decir, no beban en exceso. / Tercero, no se casen, es decir, en exceso…/La honestidad es la mejor política. Eso es un viejo proverbio, pero no querrás olvidarlo nunca en tu viaje por la vida.

Y del ensayo Instrucciones para vivir la vida, dividido en 16 capítulos cortos, hay frases que realmente son adagios para considerar. Sobre el hacer ejercicio, este autor refiere que no proporciona ningún beneficio a quien siempre está cansado: No soy más perezoso ahora que hace cuarenta años, pero eso es porque llegué al límite hace cuarenta años. No puedes ir más allá de lo posible. Prosigue con la dieta diaria, donde insinúa que ingerir grandes cantidades de fósforo no hará al cerebro común más inteligente. En el apartado dedicado al Sueño y descanso, sugiere no creer en el refrán Al que madruga Dios lo ayuda, porque cierto hombre lo intentó, se levantó al amanecer y un caballo lo mordió; respecto al fumar, sus ideas seguro que son aprobadas por todos los que practican este gusto. “Si no puedo fumar cigarros en el cielo, no iré”.



El capítulo cinco lo dedica a la bebida. Es cruelmente mordaz. Se compone por nueve “consejos”, comparto textualmente el tres: Cuando tenía dos años me pidió que no bebiera, y entonces tomé la resolución de abstinencia total. Que me haya adherido a ella y haya disfrutado de sus efectos benéficos durante todo este tiempo, se lo debo a mi abuela. Desde ese día hasta hoy no he bebido ni una gota de ningún tipo de agua; y el cuatro: Lo que el matrimonio es para la moral, un tráfico de bebidas alcohólicas correctamente conducido es para la sobriedad.

En este mundo donde todos, en menor o mayor grado, estamos estresados, te recomiendo ir al capítulo seis (seguimos en el ensayo Instrucciones para la vida). Fíjate: Si una persona te ofende y tienes dudas sobre si fue intencional o no, no recurras a medidas extremas. Simplemente busca tu oportunidad y golpéalo con un ladrillo. Y así siguen los capítulos, ninguno tiene palabras de más o de menos, abordan temas de belleza, moda, finanzas e inversiones, experiencia y educación, religión, niñez, romance y matrimonio, paternidad, vejez y sabiduría. Concluye con: “Tanto el matrimonio como la muerte deben ser bienvenidos: uno promete felicidad, sin duda el otro la asegura”.



Los muy serios seguro preguntarán que cómo es posible que te rías o carcajees con estas situaciones adversas, incluso de dolor, a las que Twain incita, pues precisamente es el mensaje del periodista incrédulo que todo lo cuestiona, cuya niñez pudo disfrutar al máximo por salirse del círculo conservador en el que vivió en Hannibal (Florida, Misuri).

“Sobre la ciencia del onanismo y otros ensayos” reúne a treinta y un casos que permiten conocer la vena humorística del autor de“El hombre que corrompió Hadleyburg”. Nacido un 30 noviembre de 1835, registrado con el nombre de Samuel Langhorne Clemens, en Florida, Estados Unidos, y que a los 11 años dejó de estudiar para contribuir a la economía familiar, dado que su padre falleció. La época laboral inició en un periódico, como aprendiz de impresor. Nunca retomó sus estudios, cursó hasta el quinto año de primaria.

Esto no fue impedimento para que el escritor viera frustrada su existencia, llegando a ser considerado como “el padre de la literatura norteamericana”.



En el prólogo realizado por el escritor Rafael Antúnez hay más datos del autor y sobre este libro, el cual puede ser tuyo si eres de los tres primeros en escribir a [email protected] con copia a [email protected]

El catálogo de la EDUV lo puedes consultar en línea: https://bit.ly/3DX3ME6