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Sección: Vía Correo Electrónico

Médico denuncia trato discriminatorio en sucursal bancaria BBVA Ánimas, en Xalapa

Solicita una disculpa pública por parte de la institución

22/05/2020

alcalorpolitico.com

Estimado medio informativo:

Para su mejor consideración, redacté los hechos de lo aquejado por un servidor el día de hoy en una sucursal del banco BBVA Xalapa Animas 5002, teniendo como finalidad hacer un llamado público a la unidad en tiempos difíciles y a evitar la discriminación y despotismo en contra de todos los profesionales de la salud, así como de los ciudadanos en general.

ANTECEDENTES:



Hace 8 días, debido a un fallo en su sistema, una practicaja del banco BBVA retuvo un cheque expedido por mi centro de trabajo al intentar depositarlo. Ante eso, vía telefónica informé inmediatamente a los números de atención, solicitando la devolución del mismo o, en su defecto, que el importe se depositara en mi cuenta. Por ese medio se me indicó que fuera personalmente a una de sus sucursales y, como no todas se encuentran abiertas, acudí a la sucursal 5002 Xalapa Ánimas BBVA en donde un ejecutivo de cuenta de forma profesional y con un trato digno, amablemente levantó mi solicitud. Sin embargo y como era de esperarse, nada se pudo resolver al momento pero se levantó la aclaración y sólo me comentó que habría que esperar.

Casi una semana después, recibí respuesta; pero en ella sólo me notificaban que la aclaración no procedía debido a que era necesario reunir mayor información, para lo cual me solicitaron acudir personalmente a la sucursal OTRA VEZ.

HECHOS:



El día jueves 21 de mayo, antes de ir a mi centro de trabajo, decidí pasar a la sucursal bancaria tal como previamente se me había indicado, esperando obtener respuesta a mi aclaración y finalmente poder contar con mi recurso.

Cabe mencionar que soy médico de profesión y, sirviendo a la más grande institución de salud del país, en el ejercicio de mi labor me trasladé a esta ciudad para integrarme al equipo de atención a pacientes COVID-19. Por lo anterior, insisto, acudí a la sucursal bancaria ANTES DE LABORAR pero para ahorrar tiempo y no faltar a mis labores, portaba mi uniforme perfectamente limpio y sanitizado, mi mascarilla quirúrgica y con las medidas de higiene y protección necesarias.

Al llegar a la sucursal, en esta segunda ocasión fui atendido por la ejecutiva del módulo 3 quien, aunque de forma voluntaria se identificó, percibí a manera propia su incomodidad desde el primer momento en que observó mi atuendo. Obviamente, tuve que volver a exponerle mi situación y, OTRA VEZ, la única solución que se me ofreció fue volver a levantar una aclaración pero esta vez en lugar de asistirme tal y como lo había hecho el ejecutivo anterior, me solicitó que lo realizara fuera de su cubículo.



Al percibir su actitud discriminatoria, le cuestioné los motivos por los que, a diferencia de su compañero, ella me sacaba de su oficina y me enviaba a un área que no era la designada para ello pues ni siquiera tenía donde apoyarse para escribir, por lo que sólo me respondió que “la forma de hacer las cosas había cambiado”. Como consideré que la actitud tomada para conmigo no era la correcta, amablemente solicité hablar con el gerente de la sucursal, pues no era posible que además del mal trato, tampoco se pudiera resolver mi situación.

La ejecutiva se retiró y volvió acompañada por el Gerente. Entonces me dispuse a exponerle mi situación… UNA VEZ MÁS pero antes que pudiera siquiera avanzar, me interrumpió bruscamente diciéndome que ya se me había explicado, pidiéndome otra vez salir al área de cajeros.

En este punto, de forma personal sentí que estaban violando mis derechos fundamentales como ser humano, recibiendo discriminación profesional y violentándose mi figura como cliente de la institución financiera, motivo por el cual me negué y solicité que mi aclaración fuera levantada desde el escritorio COMO A CUALQUIER OTRO USUARIO.



Acto seguido y por miedo ante la actitud tomada por estas personas, activé una función de grabación de mi Smart Phone (En ningún momento de telecomunicación) con la intención de documentar la situación, lo cual sólo motivó a los trabajadores a actuar de forma irracional y con alevosía y ventaja exigiéndome suspender la grabación bajo la premisa de que estaba prohibido el uso del celular, A LO QUE ACLARÉ QUE EL EQUIPO NO ESTABA SIENDO UTILIZADO EN ESE MOMENTO COMO EQUIPO DE TELECOMUNICACION, ESTABA EN MI MALETA Y SÓLO ESTABA REGISTRANDO EL AUDIO pero empezaron a levantar la voz, exhibiéndome y humillándome ante los demás usuarios, amenazándome con llamar a los servicios de seguridad, tratándome como a un delincuente y violando mis garantías individuales, todo esto a sabiendas que no había cometido ninguna falta.

Decidí pues esperar a que las fuerzas públicas acudieran a la sucursal. Así llegaron miembros de la fuerza civil y Policía Cial; una vez ahí, el que se suponía era el gerente de la sucursal todavía se atrevió a insinuar de forma verbal que él no tenía la certeza de que mi trámite fuera verdad, haciéndome sentir nuevamente como si lejos de ser un profesionista FUERA UN LADRÓN, a lo que insistí que yo había seguido cada indicación recibida por su institución para la aclaración de mi problemática, recordándole que eso no se trataba de un asunto de creencias si no de hechos, en las que a mí me corresponde ser el usuario afectado y él una persona de servicio al cliente de la institución.

Las fuerzas del orden al darse cuenta de que en ningún momento violenté ninguna norma social y/o administrativa, de forma amable me informaron que sólo acudían por un llamado de emergencia de la sucursal, por lo que posteriormente el oficial G.R. García C. me ofreció los servicios de orientación a la ciudadanía en caso de que decidiera levantar un acta por los hechos sucedidos.



Finalmente y en el último momento, bajó de una oficina ubicada en la planta alta de la sucursal una persona de la misma institución, quien para mi asombro se acreditó como la VERDADERA GERENTE DE LA SUCURSAL, lo que significaba que por más de 90 minutos estuve siendo engañado por una persona que suplantó la figura de la persona con quien yo realmente quería hablar para solucionar mi problema, abusando de su poder en funciones de la INSTITUCIÓN BANCARIA y burlándose de mi confianza.

POR LO ANTES EXPUESTO CONSIDERO PERTINENTE LO SIGUIENTE:

1. Solicito una disculpa pública de la institución por el atropello a mi persona y por la humillación recibida por parte de sus trabajadores.



2. Asimismo, una disculpa pública a toda la ciudadanía que ha recibido maltratos por parte de la sucursal en estos momentos de crisis donde la unidad, tolerancia y respeto deberían ser fundamentales en la relación entre los ciudadanos y las instituciones de actividad esencial.

3. Que las personas involucradas, se les obligue a tomar una capacitación para el correcto trato al cliente, o de lo contrario que sean retirados de las áreas de atención hasta demostrar su competencia de forma incondicional en las relaciones humanas con dignidad y decoro.

Lo anterior es remitido a su medio periodístico, sabedor del profesionalismo con que ejercen su compromiso con la información.



De antemano, mil gracias por su gran labor al brindar información clara, veraz y oportuna al pueblo veracruzano y nacional.