Memorias de Juventud 

Memorias de Juventud, de Sofía Kovalévskaya, fue integrado en junio 2022 a la colección Biblioteca del Universitario, de la Editorial de la Universidad Veracruzana (EDUV), con la intención de mostrar que las matemáticas pueden ser apasionantes, tal y como siempre fueron para la autora de este título.

Sofía Kovalévskaya se descubre en cada página. Habla de los recuerdos de su niñez, a los que hila la historia propia con la de los integrantes de su familia, y la de la sociedad burguesa en la que creció. Nació en Moscú en enero de 1850.

Deja ver sus temores, sus sentimientos más recónditos, de los 3 a los 13 años de su existencia: miedo, angustia, envidia, coraje, frustración, odio, y cómo estos le ayudan a forjar una personalidad insegura emocionalmente, pero que también la hacen desarrollar su talento e inteligencia. Se refugia en su nana, quien la ama por encima de su hermana Anjuta y su hermano Fedja.



Fotografía cada punto de las casas en las que va viviendo, los objetos y muebles, paisajes de los lugares en los que vive, creando una atmósfera que permite adentrarse en Moscú, Kaluga, en Palibino; más tarde describe la belleza de Petersburgo. Lo mismo hace con la descripción física de sus padres, de los criados, de las institutrices que les imparten clases, centrándose en Anjuta y en su madre, Elizaveta Fyodorovna Korvin. Pero no sólo habla del exterior, también disecciona la forma de ser de aquellos que la rodean y las reglas de convivencia de su época.

De sí misma deja claro que al no ser la favorita de sus padres, se refugia en los libros. Le gusta la poesía y sobre todo se da cuenta de la habilidad que tiene para las matemáticas.

Narra el cambio de una sociedad urbana a otra campirana. La transformación de pensamiento que se da entre 1860-1870 en Rusia, debido a una nueva corriente que hace que los hijos se distancien de sus padres, que abandonen sus hogares y decidan independizarse para estudiar lo que ellos eligen.



Este deseo de libertad llegó a su hermana, la belleza que no le interesaba más que las galas y los grandes salones de baile, fue influida por un joven que la adentró en la ciencia y la literatura, llevándola a realizar una tarea inimaginable: instruir a los hijos de la servidumbre. Después sería una de las pocas mujeres de su tiempo que trabó amistad nada más y nada menos que con Fiódor Dostoievski, quien le publicó dos relatos en su revista.

La pequeña Sonjitschka admite que a sus 13 años se enamoró del autor de El Jugador, al tratarlo durante tres meses en Petersburgo. Obviamente que el aclamado escritor no reparó en este sentimiento, porque él pretendía a su bella hermana.

Termina sus memorias con la idea de que en su vida la persona más importante fue Anjuta, su hermana a la que siempre estará unida por el pasado.



El prólogo lo escribió Ligia Quintana Torres, quien aporta datos importantes sobre la autora rusa. Fue una de las matemáticas más importantes del siglo XIX, creadora del Teorema Cauchy-Kovalévskaya y la primera mujer en impartir cátedra en una universidad europea.

La autora fue una de las mujeres que tuvo que luchar contra el machismo, primero en su casa (su padre fue el general Vasili Korwin Krukoski), después cuando quiso ir a la universidad para estudiar matemáticas.

La edición fue cuidada por Omar Valdés Benítez, Mariana Hernández Silva, Brenda Reyes López, Janeth Primo González y Agustín del Moral Tejeda. Es el número 78 de la colección y tiene 137 páginas. El tiraje fue de dos mil ejemplares.



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