Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Vía Correo Electrónico

Mexicanos en Rusia: así no somos

Jorge Salazar García 25/06/2018

alcalorpolitico.com

Antes de entrar en detalles, primero citaré una obviedad: los miles de mexicanos que asistieron al Mundial de fútbol no son parte del pueblo trabajador de México que apenas tiene para sobrevivir. Se requieren tan solo para el boleto (barato) de ida y vuelta más de 40 mil pesos; en total como mínimo se necesitarían cerca de 200 mil devaluados morlacos, cantidad imposible de ahorrar con los miserables salarios pagados en nuestro territorio.

De ahí se deduce que los asistentes son los hijos y familiares de la tripleta que está jodiendo a México: políticos, empresarios y narcos. Naturalmente no todos lo son, habrá algunos profesionistas, pequeños y medianos empresarios quienes ahorraron trabajando mucho para

asistir al mundial y por eso es probable que no hayan participado en los desmanes cometidos durante y después del 1º partido de la selección mexicana. Aquel comportamiento es característico de esa minoría rapaz que nos ha gobernado desde hace 9 décadas.

Son seres patológicamente narcisista que actúan así por su necesidad de notoriedad para llenar su vacío existencial. Representan para el sistema el prototipo de ciudadano ideal: prepotente, abusivo, macho, misógino y tramposo. Esos fueron los autores de los insultos proferidos en Rusia, quienes quemaron la bandera de Alemania, golpearon al discapacitado que portaba una máscara de AMLO y exhibieron mundialmente su patanería alcohólica.



ASI NO SOMOS los mexicanos. Esas conductas de abuso, misoginia y deshonestidad esparcidas en el mundo por nuestros políticos y empresarios viajantes han creado una imagen falsa de nuestro modo de Ser. A propósito de esto, rescato una anécdota contada por un protagonista: hace muchos años (35) en los hoteles de Francia donde se hospedaban políticos y empresarios, tenían sus habitaciones equipadas con ceniceros, lapiceros, plancha, lámparas, toallas, cuadros, teléfonos, etcétera. Cuando los mexicanos se iban, regularmente no entregaban las llaves en la recepción para no ser vistos cargando más maletas de las ingresadas.

Literalmente saqueaban todo lo portable, hasta con las llaves que después mostraban como trofeo ¡presumiendo su chingonería!; después, esas raterías se extendieron por acá.

¿Por qué se están reproduciendo los bribones?



Una explicación puede hallarse en la reforma de la Educación básica, cuyo enfoque está centrado en “competencias” con una orientación individualista. Al abandonar la formación integral eliminando contenidos de civismo, ética e Historia se imponen criterios empresariales (orden, Ley y capacitación laboral) con el objetivo, dicen, de hacer de los mexicanos personas “EXITOSAS”. Con su modelo logran trastocar los valores universales de justicia por venganza, formación por capacitación, prudencia por debilidad, honestidad por mediocridad, libertad por obediencia ciega, respeto por sumisión, amor por sexo, etc.

Por esa causa crearon su propia semántica: al bandidaje le llama enriquecimiento inexplicable; al abuso de autoridad, excesos; a las limosnas, apoyos sociales; a la privatización, desregulación; a los charros sindicales, líderes responsables; al asesinato (periodistas, ambientalistas, indígenas, estudiantes, trabajadores y pequeños y medianos empresarios) ajuste de cuentas; a la corrupción, irregularidad; a los saqueos, desvíos y al FRAUDE ELECTORAL, incidencias.



Lo trágico del asunto es que parte del pueblo se esta creyendo esas pamplinas y comienza a imitar, al menos en el futbol, las mismas actitudes de los poderosos para festejar el triunfo de esas vedetes caras del fútbol, mercenarios del consumismo. Los jodidos y pirrurris intentando, mediante experiencias explosivas, llamar la atención dejan salir su animalidad. Cualquier psicólogo lo sabe, quien padece una patología narcisista tienen la necesidad incontrolable de reconocimiento: quiere ser el centro del mundo. Por eso humilla e insulta a diestra y siniestra, agrede a personas y grita “puto” en los estadios.

ASI NO SOMOS. Son más los mexicanos que se desempeñan dignamente trabajando duro para ganar el sustento diario, que aquellos parásitos. Usted lo sabe y estoy seguro lo ha comprobado. A mi, por ejemplo, me han devuelto dos veces la cartera extraviada; con todo y dinero. Me han cumplido la “palabra” prometida y tengo amigos que piden “por favor las cosas” y son agradecidos con quienes les tienden la mano en un apuro.



Para terminar, lo invito a comparar el trato suave, terso y hasta paternal que televisa y TV Azteca darán a esos patanes adinerados con el de linchamiento y condena en contra de quienes se manifiestan luchando por sus derechos fundamentales. En estos últimos, como dijera AMLO, hay una gran reserva de valores y con ellos es posible regenerar la parte podrida de México.