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Sección: Estado de Veracruz

México, país rico y con gente “tonta”, por eso “nos va como nos va”: Arzobispo

En las negociaciones del Tratado de Libre Comercio nos vemos débiles ante el carácter del Presidente de EU

Ariadna Lezama Palma Xalapa, Ver. 22/10/2017

alcalorpolitico.com


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En la misa de este domingo, el arzobispo Hipólito Reyes Larios comentó que México es un país débil y por eso nos va como nos va en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio y con un Presidente como Donald Trump, que quiere que los mexicanos le paguen el muro que quiere construir.

"Ahora que estamos con el Tratado de Libre Comercio ¿quién es el país más débil?, nosotros. Con el carácter del Presidente de Estados Unidos ya estamos viendo cómo nos va".

Señaló que México no es un país pobre, sino todo lo contrario, es rico y con gente "tonta" porque se tiene un Gobierno que se lleva todo, que tiene las carreteras y obras públicas abandonadas, que cobra por usar las autopistas que se construyen con el dinero de los impuestos y aun así, los ciudadanos están contentos.



"Les cobra 16 pesos de cada 100 en todo lo que compran, en Estados Unidos se utilizan en lo que debe ser; quienes hayan ido en Estados Unidos saben cómo son las carreteras, hay carreteras que tienen 5 carriles de cada lado y aquí nos sentimos orgullosos de una que tiene dos; esa es nuestra realidad".

También señaló que están por celebrar un año más de la canonización de San Rafael Guízar y Valencia y por ello se congratuló de la cantidad de fieles que se congregaron.

Comentó que se esperan cientos de peregrinos durante estos días, por lo que habrá misas cada hora en la Catedral.



Rrecordó que este domingo se celebró el Día del Misionero, que son personas dedicadas a llevar la palabra de Dios a diferentes puntos del país y del mundo.

"Anuncian lo que ellos consideran la verdad, a nosotros nos tiene que tocar lo que conocemos. Tiene una tradición de 2 mil años e inició con personas que fueron testigos de la presencia de nuestro Señor Jesucristo".

Recordó que los feligreses tienen dos señales: la primera que demuestra que todos han sido creados a imagen y semejanza de Dios y la segunda es el bautismo, que es un sello de pertenencia a Dios y eso los enorgullece y caracteriza.