Molesta a Iglesia Católica que Gobierno promocione a brujos de Catemaco

La Iglesia Católica en Veracruz ha expresado su rechazo hacia la promoción gubernamental de prácticas esotéricas en Catemaco, calificándolas como engañosas y contrarias a la fe.

“La brujería y el misticismo en Veracruz es un negocio redondo donde todos ganan, menos la verdad. El Gobierno de Veracruz cobra, los chamanes lucran y los incautos caen en falsas esperanzas. Detrás de los rituales y promesas de poder, el mal se disfraza de bondad, perpetuando el engaño”, se publicó en la Agencia Católica de Noticias, en su artículo: “Veracruz: no hay que llamar bien al mal”.

Y es que la Secretaría de Turismo del Estado ha invitado a participar en la celebración del primer viernes de marzo en Catemaco, destacando rituales de purificación y fortalecimiento espiritual realizados por brujos y chamanes. Estos eventos, según la promoción oficial, buscan ofrecer una experiencia de “misticismo” y atraer al turismo cultural.



Sin embargo, la Diócesis de Veracruz ha manifestado su desaprobación, advirtiendo que tales prácticas alejan a las personas de Dios y fomentan una cultura de muerte. El obispo Carlos Briseño Arch enfatizó que buscar fuerzas fuera de Dios es equivalente a acercarse al mal, y rechazó rituales que intentan manipular lo divino a voluntad humana. Además, el sacerdote José Manuel Suazo Reyes instó a evitar prácticas esotéricas como limpias y hechicería, resaltando que la Iglesia no las aprueba debido a su relación con la brujería y su potencial para desviar la fe verdadera.

Este contraste entre la promoción turística del gobierno y las enseñanzas de la Iglesia Católica ha generado un debate sobre la responsabilidad ética en la difusión de prácticas esotéricas y su impacto en la fe y la cultura locales. La controversia en Catemaco ha puesto de manifiesto la profunda división entre las autoridades gubernamentales y la Iglesia Católica respecto a las prácticas esotéricas promovidas en la región. Mientras el Gobierno enfatiza los beneficios económicos derivados del turismo asociado al “Día de los Brujos”, la Iglesia denuncia la explotación de la ignorancia religiosa y advierte sobre los riesgos espirituales que conllevan tales rituales.

Esta situación refleja una tensión entre el impulso económico y la preservación de valores religiosos y éticos. La promoción de prácticas esotéricas como parte de la identidad cultural de Catemaco plantea interrogantes sobre la responsabilidad gubernamental en la protección de la integridad moral y espiritual de la comunidad. Mientras tanto, la creciente afluencia de turistas en busca de experiencias místicas continúa siendo un factor clave en la economía local, complicando aún más el equilibrio entre desarrollo económico y valores tradicionales.