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Sección: Estado de Veracruz

Monte Blanco, comunidad que vive entre el cansancio y el miedo, en Fortín

- En los últimos meses la ola delictiva se ha incrementado de manera considerable

- La Secretaría de Seguridad Pública destinó menos de 20 elementos para cubrir toda la zona

De la Redacci?n Fort?n, Ver. 01/10/2017

alcalorpolitico.com


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A menos de 15 minutos de la cabecera municipal, sobre la carretera federal Fortín-Huatusco, se encuentra la comunidad de Monte Blanco; un lugar donde el miedo llegó para quedarse.

Con más de 15 mil habitantes y cien años de historia, Monte Blanco se ha convertido en un sitio bastante representativo de Fortín, pues es uno de los asentamientos más grandes de los siete que tiene el municipio.

Sin embargo, en los últimos meses la ola delictiva se ha incrementado de manera considerable; robos y secuestros son los más preocupantes; según comentan los mismos vecinos y hasta el Agente Municipal.



“No se puede negar esto –inseguridad–, pues es la verdad. Las cosas se han salido de control”, comenta uno de los habitantes de esta localidad que colinda con el municipio de Chocamán.

Esta persona recordó que desde que se disolvió la Policía Municipal (20 de marzo de 2013) la seguridad de Fortín quedó a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública, que le ha destinado menos de 20 elementos.

La cantidad de oficiales es insuficiente para cubrir la cabecera municipal, junto con todas sus colonias y las siente comunidades con las que cuenta el municipio en sus alrededores.



“La gente ya está cansada de la situación (...) nosotros no somos gente de violencia, sino de trabajo”, comenta al recordar que en los últimos meses se han registrado, por lo menos, cinco secuestros.

Por ello, la semana pasada los mismos vecinos se convocaron, a través de WhatsApp, para crear dos puntos de seguridad en las entradas a la comunidad; no obstante, pocos llegaron.

La mayoría de los pobladores estaba a la expectativa desde las puertas de sus casas, con ganas de sumarse a la iniciativa, pero con el miedo de ser víctimas de represalias por quien o quienes delinquen en el lugar.



“La gente tiene miedo”, comenta un grupo de vecinos que sí llegó a la reunión y que tras una hora de esperar, en vano a que llegaran más personas, optó por retirarse y regresar a guarecerse en su domicilio.